El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, no va a dimitir por el escándalo de las fiestas en Downing Street. Lo ha dejado claro este miércoles durante la sesión de control al premier en la Cámara de los Comunes, donde ha pedido a los parlamentarios que esperen a conocer los resultados de la investigación independiente en curso y que llegarán la semana que viene. Sin embargo, el escándalo está siendo tan bochornoso para los conservadores que incluso uno de los tories ha desertado al Partido Laborista.
La sesión de control ha transcurrido en un ambiente sumamente bronco que en ocasiones ha recordado a los debates más encarnizados sobre el Brexit. En uno de los momentos, la diputada liberal demócrata Wendy Charmberlain le ha preguntado si "le ha llegado la hora de dimitir". Johnson ha respondido un categórico "no" y ha insistido en que ya se ha "disculpado sinceramente" por "cualquier error cometido".
El líder del Partido Laborista, Keir Starmer, ha preguntado a Johnson que si no entendía las restricciones que él mismo impuso en el marco de la pandemia, destacando que las palabras del mandatario son "ridículas" y que "malgasta energía defendiendo lo indefendible". Además, ha insistido en que Johnson "está fuera de control, no tiene ideas y pronto estará fuera de Downing Street".
Por su parte, el primer ministro ha acusado a Starmer de "malgastar el tiempo de la ciudadanía" con esta línea de preguntas y le ha calificado de "completamente irrelevante".
Posiblemente uno de los momentos más sorprendente de la sesión, que ha sufrido varias interrupciones por los gritos de los diputados, se ha producido cuando el diputado conservador David Davis, exministro del Brexit y firme aliado de Johnson, ha llegado a decirle a su excompañero: "En nombre de Dios, márchate".
Un diputado conservador cambia de bando
Por otro lado, el diputado conservador Christian Wakeford ha desertado este miércoles de las filas tories y se ha unido a los laboristas. Starmer ha dado la bienvenida a Wakeford, que se ha sentado detrás del líder laborista en la Cámara de los Comunes.
Wakeford ha escrito una carta a Johnson, de la que se ha hecho eco la prensa británica, en la que ha sostenido que su marcha tiene mucho más que ver con "el liderazgo y la forma tan vergonzosa" en la que se ha comportado el primer ministro en las últimas semanas
A su juicio, Reino Unido "necesita un Gobierno que defienda los más altos estándares de integridad en la vida pública y lamentablemente tanto tú (Johnson) como el Partido Conservador se han demostrado incapaces de ofrecer el liderazgo que este país merece", ha zanjado.
Se levantarán las restricciones
En plena polémica, Johnson ha anunciado que la mayor parte de las actuales restricciones por la covid-19 que se aplican en Inglaterra, como el uso de mascarillas o el teletrabajo, "expirarán" a partir del jueves 27 de enero. El líder conservador se ha amparado en los últimos datos científicos, que revelan "una bajada en los niveles de infección" y apuntan a que "la variante ómicron ya ha alcanzado el punto álgido a nivel nacional".
Johnson indicó además que confía en eliminar las regulaciones que obligan a confinarse cuando se da positivo de covid cuando expiren el 24 de marzo o incluso antes, si las cifras de contagios y hospitalizaciones son favorables.
El final de las medidas incluidas en el llamado plan B (o de contingencia) del Ejecutivo conservador implican que ya no serán necesarios los pasaportes covid ni tampoco será obligatorio el uso de mascarillas -incluyendo dentro de las aulas para alumnos de secundaria y en el transporte público-.
Según los últimos datos oficiales divulgados ayer por el Ministerio de Sanidad, el conjunto del Reino Unido registró otros 94.432 contagios en 24 horas y notificó 438 nuevas muertes por coronavirus, la mayor cifra diaria de decesos comunicada desde febrero del pasado año.