El presidente galo Emmanuel Macron ha cambiado la bandera nacional francesa. El color azul es más oscuro que hace un año, pero nadie se dio cuenta porque la decisión no se comunicó. Concretamente, ya no se utiliza el azul cobalto, sino el azul marino. Y ahora que los franceses lo han descubierto, se ha generado un intenso debate entre partidarios de detractores.
La decisión de cambiar el color azul de la bandera se adoptó el pasado 13 de julio de 2020. El azul actual que aparece en la tricolor es el mismo tono que utiliza la Armada francesa, una modificación leve pero muy simbólica por su intento de reconectar con el emblema de 1793 de la Revolución Francesa. Hasta ahora se utilizaba un azul igual que el de la bandera europea por razones principalmente estéticas, ya que ambas banderas acostumbran a aparecer juntas en los actos oficiales.
La cuestión es que Macron en ningún momento comunicó el cambio a los ciudadanos a través de una nota de prensa o un simple mensaje en las redes sociales. Y aunque se actualizaron todas las banderas del Palacio del Elíseo, la Asamblea Nacional y el Ministerio del Interior, no se trasladó esta obligación al resto de edificios oficiales. Así que la historia ha pasado desapercibida hasta este pasado lunes, cuando la radio Europe 1 se percató del cambiazo .
Ahora la república está perpleja y se cuestiona si el presidente puede cambiar el color de la bandera y qué lectura tiene esa modificación. Algunos expertos insisten en que detrás del nuevo azul hay un mensaje político contrario a la Unión Europea y en favor de una mayor independencia nacional. Sin embargo, desde el Elíseo lo niegan e insisten en que no quieren "iniciar una guerra de colores" porque sería "una completa tontería".