La primera ministra británica, la conservadora Theresa May, rechazó este lunes la posibilidad de convocar un segundo referéndum sobre el Brexit porque, en su opinión, dañaría la "cohesión social" en el Reino Unido y afirmó que espera volver a abordar con Bruselas la controvertida salvaguarda diseñada para evitar una frontera en Irlanda del Norte.
May compareció en la Cámara de los Comunes para exponer sus planes de cara al Brexit, después de que los diputados rechazaran la semana pasada por un amplio margen de 230 votos el acuerdo al que ha llegado con Bruselas.
"En las próximas semanas seguiré hablando con mis colegas, incluido el (norirlandés) DUP, para considerar cómo podemos cumplir con nuestras obligaciones con la gente de Irlanda del Norte e Irlanda de una forma que podamos obtener el mayor apoyo posible en el Parlamento", dijo May. "Después llevaré las conclusiones de ese diálogo de vuelta a la Unión Europea", detalló la jefa de Gobierno.
Al exponer los pasos que planea seguir a parir de ahora, argumentó en contra de la convocatoria de un nuevo plebiscito sobre la salida de la UE, al considerar que dañaría la "cohesión social".
"Tengo miedo de que un segundo referéndum sentaría un difícil precedente, que podría tener implicaciones significativas sobre cómo manejamos los plebiscitos en este país", sostuvo May, quien advirtió de que ese escenario requeriría además extender el plazo de salida de la UE más allá del 29 de marzo.
A ese respecto, adelantó que Bruselas no aceptará un retraso si no hay perspectivas de que el Parlamento británico puede aprobar un acuerdo. Los planes de May serán puestos a prueba el próximo 29 de enero, cuando la Cámara de los Comunes debatirá y votará una moción presentada por el Gobierno.
Será una moción "neutra", que se limitará a constatar que los diputados han considerado las propuestas de la primera ministra, pero podrá ser enmendada por las diversas fuerzas políticas, lo que abre la puerta a que los parlamentarios tomen cierto control del Brexit y modifiquen la hoja de ruta del Ejecutivo.
Si May decide volver a presentar el acuerdo de salida ante el Parlamento, esa votación no se espera al menos hasta febrero, según sugirió un portavoz de Downing Street, despacho oficial de May.
La diputada laborista Yvette Cooper ha avanzado que planea presentar una cláusula a la moción que se debatirá la próxima semana, que forzaría al Gobierno a solicitar una extensión del plazo de salida de la UE si no ha logrado aprobar un acuerdo a finales de febrero.
Otra posible enmienda, desarrollada por el conservador Dominic Grieve, aspira a alterar el procedimiento parlamentario habitual para facilitar que diputados ajenos al Gobierno marquen la agenda de la cámara, lo que allanaría el camino para que se votaran planes alternativos a los de May.
La opción de celebrar un segundo referéndum podría también aparecer en una enmienda, si bien será el presidente de los Comunes, John Bercow, quien decidirá qué cláusulas se someten finalmente a votación.