La política de puertas abiertas que inició el Gobierno alemán durante la llegada de refugiados sirios a Europa parece que está cambiando drásticamente. En 2016, se lanzó un plan que tenía por nombre "su país, su futuro ahora". Aquel programa contemplaba pagar el primer año de alquiler y algunos otros gastos complementarios a aquellos refugiados que decidieran repatriarse voluntariamente. En total, cada solicitante recibiría 1.200 euros por salir de Alemania.
En 2017, fueron 29.000 personas las que optaron por esta repatriación voluntaria. Pero ese número se ha reducido bastante, ya que en 2018 solo se acogieron 14.000 refugiados. Así pues, Alemania ya ha gastado algo más de 51,6 millones de euros para fomentar la marcha de los refugiados de su territorio. El Gobierno esperaba que las repatriaciones voluntarias fueran mayores y los números se han quedado bastante por debajo de lo esperado. Por eso, el gabinete liderado por Ángela Merkel dará 3.000 euros a cada refugiado que decida regresar a su país.Es decir, algo más del doble.
Además, en un intento para fomentar el plan, el Ministerio del Interior ha lanzado una campaña publicitaria informando del aumento de la subvención. Sin embargo, los carteles colocados en las vallas publicitarias están generando una gran polémica entre los germanos. De hecho, la oposición ha asegurado que esta decisión es un intento de camuflar los errores del Ministerio cuando inició la política de puertas abiertas.
"La última campaña del Ministerio del Interior se ve como una especie de campaña de rebajas de invierno", aseguró Konstantin von Notz, portavoz de los Verdes en el Bundestag. "Tiene como finalidad ocultar los fracasos propios y mejorar la cifra de las personas que se marchan voluntariamente de Alemania", declaró. Además, en Twitter ya hay centenares de opiniones sobre esta campaña, que algunos acusan de racista. Tanto es así que los críticos han iniciado una recogida de firmas a través de Change.org para solicitar que esa publicidad sea eliminada.