La Unión Cristiano Social (CSU), socio de la canciller alemana, Angela Merkel, ha visto este domingo cumplirse sus peores temores al perder la mayoría absoluta que ostentaban desde hace décadas en Baviera.
La CSU se mantiene, no obstante, como el partido más votado aunque con sólo un 37,2 por ciento de los votos, según el resultado final oficial preliminar. Esto supone un duro revés para el partido hermano de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de Merkel –que no concurre en Baviera en el marco de un acuerdo entre las dos agrupaciones– que hace cuatro años obtuvo un 47,7 por ciento de los votos.
Además de la caída de la CSU, las elecciones han venido marcadas por el descalabro de la socialdemocracia, pues el SPD pasa de segunda a quinta fuerza política tras lograr solo un 9,7% de los votos, muy lejos del 20,6% de 2013. Este descalabro del SPD ha permitido a los verdes alcanzar el segundo lugar con un resultado espectacular al obtener un 17,5% de los votos, cuando hace cuatro años solo lograron un 8,6%.
Por su parte, la AfD (Alternativa por Alemania), el partido de derecha alternativa al que muchos tachan de ultras, ha entrado por primera vez en el parlamento regional, pero no ha pasado de un 10,2%, en la banda baja de lo que pronosticaban las encuestas.
Malos resultados para casi todos
Para el primer ministro bávaro, Markus Söder, ahora es importante "formar un gobierno estable". Sin embargo, ha reconocido que no ha sido un día fácil para su partido en unos comicios en los que cerca de 9,5 millones de personas estaban llamadas a votar. "Lo aceptamos con humildad y tendremos que aprender" del resultado, ha comentado. "Los próximos días podremos hablar mucho sobre las causas", ha añadido.
"Esto no es un buen resultado, no hay nada que interpretar", ha reconocido por su parte el presidente de la CSU y ministro de Interior alemán, Horst Seehofer, al mismo tiempo que ha anunciado su deseo de seguir en sus cargos, aunque se ha mostrado abierto a discutir sobre posibles consecuencias personales. "Por supuesto, como líder del partido, comparto la responsabilidad por el resultado de las elecciones", ha afirmado.
Por su parte, para los populistas de la AfD se trata de "un muy buen resultado", según ha comentado satisfecho Alexander Gauland, copresidente de AfD, en declaraciones de las que se hace eco Europa Press. Sin embargo, el partido obtuvo un 12,4% en la región en las elecciones generales de 2017, dos puntos más que en esta ocasión, en la que tampoco ha respondido a las encuestas más optimistas.
El gran perdedor de los comicios ha sido el SPD, socio del Gobierno de coalición de Merkel, que ha obtenido el peor resultado en su historia en este estado. El secretario general del SPD, Lars Klingbeil, ha calificado este resultado como "una amarga derrota para el SPD bávaro". Pero el resultado fue también una "señal clara desde Baviera a Berlín", ha sostenido Klingbeil.
Un mensaje a Berlín
La CSU ha gobernado Baviera con mayoría absoluta desde 1962, excepto en la legislatura 2008-2013, cuando tuvo que hacerlo en coalición con el Partido Liberal (FDP). Se trata de una región sede de gigantes empresariales como BMW, Audi o Siemens y que cuenta con la tasa de desempleo más baja del país, con un 2,9 por ciento.
Ahora tendrá que buscar un socio para gobernar se cree que política se alza como posible socio el partido de los Electores Libres (FW), que ha obtenido un 11,6 por ciento de los votos. Si fuera necesario podría sumarse el apoyo del Partido Liberal (FDP), que obtuvo un 5 por ciento de los votos.
En cualquier caso, todos los analistas coinciden en que el resultado de estas elecciones en Baviera, que es el segundo estado más poblado de Alemania, es una expresión del descontento de la población con la política de Berlín, apenas un año después de las elecciones generales y siete meses después de que Merkel lograra formar gobierno con los socialdemócratas tras arduas negociaciones.