Mientras su partido viene desgastándose en polémicas sobre el descarado antisemitismo de alguno de sus miembros, Jeremy Corbyn ha tenido que admitir que participó en un homenaje nada más y nada menos que a los terroristas que perpetraron la masacre de los juegos olímpicos de Múnich 72, en la que fueron asesinados 11 deportistas israelíes.
El escándalo saltó a los medios más de un año atrás, pero ha quedado confirmado ahora después de que el Daily Mail publicase una serie de fotografías de Corbyn tomadas en 2014 en un cementerio de Túnez, en las que incluso se le veía depositar una corona de flores.
En otra de las fotografías de la ceremonia el político británico aparece junto a Maher al-Taher, líder del Frente Popular para la Liberación de Palestina, una organización terrorista que sólo un mes después reivindicó un atentado en el que había sido asesinado un rabino de nacionalidad británica.
Además, el Daily Mail desveló que durante ese mismo viaje Corbyn estuvo en una charla en la que un destacado líder de la organización terrorista Hamás habló del "éxito militar" que están teniendo contra Israel.
La acusación había aparecido hace más de un año y, tal y como recuerda The Telegraph, entonces Corbyn lo negó contundentemente: "Rotundamente no, estuve en una conferencia palestina en la que buscábamos la paz para Oriente Medio".
En las fotografías desveladas ahora se le ve incluso orando a la manera musulmana con sus acompañantes, junto al lugar en el que reposan los restos mortales de varios miembros de Septiembre Negro, un grupo terrorista nacido en el seno de la OLP de Arafat a principios de los años setenta y que saltó a la infamia mundial cuando asesinó a dos atletas israelíes en la villa olímpica de Múnich y secuestró a otros nueve, a los que finalmente asesinarían también durante la operación de rescate.
En sus últimas apariciones públicas, por ejemplo en la visita a una empresa en Stoke on Trent que realizó el pasado martes, Corbyn se ha negado a disculparse por participar en este homenaje a terroristas,
Serias acusaciones de antisemitismo
Desde su llegada al liderazgo del Partido Laborista, Corbyn ha tenido que hacer frente a serias acusaciones por sus actitudes y relaciones con personajes y organizaciones abiertamente antisemitas. Por ejemplo, participó la pasada Pascua en un encuentro de un grupo judío tan extremo que defiende la destrucción de Israel.
Unas críticas que se han multiplicado en las últimas semansa ante el giro que está dando a su formación. El partido ha adoptado como definición del antisemitismo una versión incompleta -eliminando las referencias a Israel- del Código de la Alianza Internacional de Recuerdo del Holocausto, HIRA por sus siglas en inglés.
Críticas internas
La decisión se ha tomado sin contar con las agrupaciones judías dentro del propio partido, lo que ha provocado que algunos Laboristas judíos hayan decidido abandonar la formación. Steve Bloomfield explicaba su decisión en un largo artículo en la revista Prospect, de la que es uno de los principales responsables.
Bloomfield asegura que "siempre ha habido antisemitismo" en el ala más radical del laborismo, pero que "desde que Jeremy Corbyn se ha convertido en el líder" ese grupo de radicales "ha llegado a los escalones más altos del partido".
Algunas críticas han sido especialmente duras, sobre todo teniendo en cuenta que llegan desde el propio partido. La más llamativa ha sido la de Dame Margaret Hodge, una veterana parlamentaria, exministra y miembro del Partido Laborista que le espetó a Corbyn en los pasillos del Parlamento: "Eres un jodido antisemita y un racista".
Los medios dan cuenta de una discusión en la que la diputada, de origen judío, le dijo también a su líder que había "probado que no quieres en el partido a gente como yo". Tras este enfrentamiento la dirección laborista abrió un expediente a la parlamentaria, que llegó a amenazar con acciones legales y con dejar la formación. Finalmente, la acción disciplinaria se ha cerrado sin castigo.
Alarma en los periódicos judíos
La deriva a la que Corbyn está llevando a su partido ha generado una situación absolutamente inédita: los tres periódicos judíos más importante del Reino Unido publicaron la misma primera página para alertar de que la llegada de Corbyn al gobierno supondría una "amenaza existencial a la vida judía" en el Reino Unido.
El editorial se refiere también a la adopción de sólo parte de la definición de la IHRA. Lamentan que la definición se ha "diluido" cuando es un texto que "aceptan por completo el Gobierno y más de 130 consejos locales".
En el editorial los rotativos judíos afirman que "según esta adaptación" cualquier miembro del Partido Laborista "es libre para proclamar que la existencia de Israel es un proyecto racista y a comparar las políticas de Israel con las de la Alemania nazi" con la intención de "diferenciar entre el antisionismo racial que señala a los judíos, considerado inaceptable, y el antisemitismo político que señala a Israel y que sí puede aceptarse".
Indignación en Israel
Obviamente, el país en el que peor ha caído la deriva de Corbyn ha sido Israel, donde hasta el partido laborista local no quiere saber nada de sus homólogos británicos mientras no cambien de líder: "Las últimas revelaciones no nos sorprenden y justifican aún más nuestra decisión de romper relaciones con Corbyn", explica en un prominente diputado laborista en declaraciones que recoge El Mundo.
Otro miembro del partido, Eitan Cabel, es aún más contundente: "Es una persona despreciable que ha sustituido los valores de solidaridad por los de racismo, antisemitismo y apoyo del terrorismo".
El primer ministro Benjamin Netanyahu tampoco ha guardado silencio: "La ofrenda floral de Jeremy Corbyn a las tumbas de los terroristas que perpetraron la masacre de Múnich y la comparación que hizo entre Israel y el nazismo merecen ser condenadas de forma inequívoca por todos desde la izquierda hasta la derecha", recoge Sal Emergui en El Mundo.
Apoyado por las bases del partido, no parece que el control del laborismo corra peligro para Corbyn, pero su liderazgo se ve muy tocado con una polémica que cada vez le afecta más y que puede ser letal en próximas campañas electorales.