
La Fiscalía de Catania ordenó este fin de semana la inmovilización del barco español "Open Arms" y la apertura de una investigación por un posible delito de "promoción de la migración ilegal" a Italia por, supuestamente, no haber escuchado las órdenes de los Guardacostas libios, con el que la tribulación del barco tuvo un incidente en aguas del Mar Mediterráneo cuando estaban subiendo a su barco a inmigrantes a los que estarían rescatando.
Según el diario local La Reppublica, la Policía italiana se presentó el sábado por la tarde en el barco y exigió la documentación del mismo a su capitán, Marc Reig, que a su vez exigió una orden judicial, por lo que fue invitado a acompañarles a comisaría junto a la jefa de misión de la ONG, Anabel Montes. Posteriormente, Reig fue detenido, según dijo su abogada, Rosa Emanuela Lo Faro, a la edición siciliana del citado diario italiano.
Según la acusación, el barco español tendría "la voluntad de llevar inmigrantes a Italia" y habría "violado la ley y los acuerdos internacionales al no entregarlos a las autoridades libios".
El barco pertenece la ONG catalana Proactiva Open Arms y se dedica a rescatar inmigrantes que intentan llegar a Europa través de las rutas marítimas de salida del continente africano que han establecido las organizaciones de trata de seres humanos. Estas mafias se aprovechan de la situación de estado fallido en la que se encuentra Libia tras la guerra civil en la que se depuso del poder al dictador Muammar el Gadafi.
Esta organización fue la protagonista a mediados de octubre de 2016 de un documental en La Sexta en el que el showman Jordi Évole ocultaba deliberadamente la actuación de la UE y las marinas europeas para rescatar inmigrantes y acabar con las mafias de la zona y presentaba a la citada ONG como la única que estaba en la zona. En aquel momento no realizaban en trabajo con el barco ahora inmovilizado, sino con otro llamado Astral.
El popular Follonero insistió en esta línea de ocultar la realidad hace unas semanas en su cuenta de la red social Twitter, lo que hizo que la Comisión Europea le dejara en evidencia por mentir sobre las muertes en el Mediterráneo. La institución advirtió que "se puede y se debe criticar pero... no se debe desinformar" y le sonrojó con los datos de las misiones que la Unión Europea desarrolla en el Mediterráneo central.
En un comunicado al que tuvo acceso Efe el sábado, la autoridad marítima libia acusó por su parte a la organización humanitaria española y a las demás que trabajan en el rescate de personas en Libia de interferir en las operaciones y de violar sus aguas territoriales, aunque las ONG mantienen que en ningún momento se violan sus aguas territoriales y que actuán siempre en aguas internacionales. El barco tuvo el mencionado encontronazo con los guardacostas libios que reconocen ambas partes.
Tras el mencionado incidente, el barco de "Open Arms" pudo seguir navegando varios días con 218 inmigrantes a bordo pero no pudo desembarcarlos hasta este sábado debido a la reticencia de las autoridades libias a concederles un puerto en el que atracar. En este ambiente, la situación se deterioró la noche después de que el fiscal de Catania ordenara la incautación del buque y le acusara de ser una asociación criminal dedicada a la inmigración ilegal.
Grupos de defensa de los derechos humanos denuncian los supuestos vínculos entre la Guardia Costera libia y las mafias que trafican con seres humanos en Libia, ya que aseguran que estas últimas avisan a los militares de la salida, y que incluso antiguos contrabandistas están ahora al mando de las patrulleras.
Inmigrantes llegados a las costas de Europa aseguran, por su parte, que no desean ser rescatados por las autoridades libias, ya que su destino son centros de detención y cárceles en malas condiciones en los que se comenten abusos. Las playas que se extienden entre Trípoli y la frontera con Túnez se han convertido en los últimos dos años en el bastión principal de las mafias que trafican con seres humanos, pese a la presencia de las patrulleras europeas.