Una semana después de los atentados en Barcelona y Cambrils, el alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro, ha desatado polémica en su país por afirmar, en una conferencia en Rimini, que cualquier persona que grite "Allahu Akbar" (Alá es grande) en la popular Plaza de San Marcos será abatido "inmediatamente", según recoge la prensa local.
Comparó la situación de su ciudad con Barcelona: según dijo, en contraposición con la Ciudad Condal, en Venecia mantienen "la guardia en alto". "Los enviaremos directos con Alá antes" de que atenten, dijo el alcalde, que insistió en que habían "aumentado las defensas" y que si alguien corría por la plaza gritando la frase, en "tres pasos" sería abatido.
Avisó también de que "el buenismo se acabó": "Si me amenazas, yo me defiendo; en Venecia nos defendemos", afirmó.