Siete personas han sido detenidas y otras cinco están en búsqueda y captura como supuestos implicados en el atentado suicida con coche bomba en el que han muerto hoy 13 militares en la ciudad turca de Kayseri y que ha dejado también 56 heridos, doce de ellos en estado grave.
Así lo ha anunciado el ministro de Interior turco, Süleyman Soylu, quien ha especificado que las autoridades conocen ya la identidad del autor material del ataque contra un autobús de transporte urbano en el que viajaban muchos soldados que salían de permiso. "Que nuestro pueblo tenga por seguro que castigaremos el terrorismo", ha asegurado el ministro.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, atribuyó a los grupos rebeldes kurdos la autoría del atentado. "Queda totalmente claro el objetivo esencial de la organización terrorista separatista y de sus tácticas y los blancos de sus ataques: es bloquear Turquía, meterle palos entre las ruedas, dispersar su fuerza y energía", denunció el jefe del Estado.
Las autoridades turcas definen como "organización terrorista separatista" a la guerrilla kurda del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), calificada también como terrorista por la Unión Europea y Estados Unidos.
El vicepresidente del Gobierno turco, Numan Kurtulmus, fue aún más directo y atribuyó directamente la autoría al PKK. El vicepresidente señaló que el tipo de explosivo utilizado en el ataque en Kayseri es parecido al del atentado del sábado pasado en Estambul, en el que murieron 44 personas y cuya autoría se atribuyó los Halcones de la Libertad de Kurdistán (TAK), un grupo radical escindido del PKK.
Según las autoridades turcas, el autobús, un vehículo de transporte urbano civil, fue atacado cuando efectuaba una parada cerca del campus universitario de Erciyes, en una avenida en la que se halla también un complejo de cuarteles militares. Al ser sábado, no había estudiantes en la zona y el tráfico era escaso, por lo que la explosión afectó principalmente a los viajeros del autobús.