La Policía checa está investigando al activista antimusulmán Martin Konvicka por haber llevado a cabo una simulación de una invasión de milicianos de Estado Islámicoen la plaza de la Ciudad Antigua de Praga, según informa Europa Press.
Konvicka llegó a la céntrica plaza, uno de los principales destinos de la capital checa, a lomos de un camello y acompañado por varias personas más vestidas de camuflaje en un jeep y a pie y que llevaban barbas postizas.
A continuación, dispararon al aire con armas de réplica y gritaron "Allahu akbar" (Dios es el más grande). Tras ello, Konvicka se subió a la parte trasera del jeep, donde iba inicialmente una mujer vestida con el mono naranja que Estado Islámico usa para sus prisioneros, y se dirigió a los presentes mientras otro hombre vestido de negro enarbolaba la bandera del grupo terrorista.
Finalmente, tras la intervención de la Policía, el activista y quienes le acompañaban en su acto reivindicativo fueron evacuados de la plaza. La Policía investiga ahora si Konvicka ha incurrido en un delito de generar una alarma falsa entre la población.
En declaraciones a la web del diario Lidovky, Kovincka se ha mostrado satisfecho por su actuación y ha explicado que ésta fue "un recordatorio de la ocupación 21 de agosto de 1968" por la Unión Soviética. "La ocupación soviética estaba lejos de ser la única amenaza a la libertad, hoy en día existen peligros mucho mayores", ha defendido.
El activista no ha querido pronunciarse sobre el hecho de que su actuación generó el pánico entre algunas personas, que corrieron a buscar refugio en los alrededores. "Mostramos a los espectadores y los habitantes de Praga lo que queríamos mostrar: cómo sería el inicio de un nuevo totalitarismo en el país", ha zanjado.