En una comparecencia en Downing Street, el primer ministro británico, David Cameron, ha aludido a los resultados del referéndum sobre la permanencia en la UE, que ha calificado de "gran ejercicio democrático". Muy criticado por haber llevado al país a esta consulta, que desembocará en la salida de la Unión Europea, Cameron ha justificado la consulta: "Hay momentos en que es adecuado preguntar a la gente".
En medio de la tormenta financiera, Cameron ha "reafirmado" a los mercados "que la economía del Reino Unido es fuerte". También se ha dirigido a los miles de ciudadanos europeos que viven en las islas: "No va a haber cambios inmediatos en sus circunstancias, en la forma en que la gente puede viajar, en la forma en que se venden los servicios".
Cameron ha dejado para el final la gran incógnita, si dejaría el cargo. Ha dicho que se irá, pero no de forma inmediata. Según ha dicho, ahora hace falta "un liderazgo fuerte" y un "liderazgo nuevo" ante el proceso que está a punto de abrirse. "No es adecuado que yo sea el capitán que lo dirija", ha dicho el primer ministro, que ha anunciado que permanecerá en el cargo unos tres meses hasta el principio de las negociaciones. Será él quien acuda la semana que viene al Consejo Europeo que tratará el asunto y ayudará, "con corazón y alma", al país en este nuevo "camino".