Un autorretrato con un teléfono móvil, conocidos popularmente como selfies, de un joven de 24 años ha provocado la caída y la posterior destrucción de una valiosa estatua que representaba al rey portugués Sebastián I y que se erguía en el frontal de la estación de Rossio, en Lisboa. La pieza, situada a poca distancia del suelo, cedió por las maniobras del joven y cayó sobre la acera, donde se despedazó.
Según han informado las autoridades portuguesas, el joven cometió este "acto vandálico" cerca de la medianoche del martes y fue inmediatamente identificado por dos agentes de la Policía, que estaban cerca en el momento de los hechos. La estatua estaba situada anexa a los dos arcos de la entrada de la estación desde que fuese inaugurada, en 1890.
La Fiscalía portuguesa ya ha sido notificada y en las próximas semanas se sabrá si el joven será o no procesado, pues la estatua integraba un edificio clasificado como patrimonio nacional (la estación de Rossio es una obra cumbre del estilo "Manuelino". La estatua despedazada era la original y representaba al rey portugués Sebastián I (Sebastiao I), cuya misteriosa muerte en una batalla en Marruecos en 1578 dio pie al nacimiento del "Sebastianismo".
Según esta popular corriente mística, el monarca iba a regresar a Portugal para restablecer el imperio portugués, en la época bajo el dominio de España (1580-1640). "El Sebastianismo" ha sido recurrente en la traducción literaria lusa y lo han abordado desde el padre jesuita António Vieira (1608-1697), hasta Fernando Pessoa (1888-1936).