La presencia de las tropas españolas en Afganistán pone prácticamente su punto y final en estas fechas. Con el repliegue de los efectivos destinados en la base de Herat, tan sólo una veintena de militares españoles quedarán destinados en el país asiático, exactamente, en el Cuartel General de la misión internacional en Kabul. Lejos queda esa cifra de los más de 1.500 militares españoles que llegaron a estar desplegados al unísono hasta en tres provincias distintas del país.
En esta misión han participado más de 16.500 militares españolas en sucesivas rotaciones. Ellos han formado parte de la misión en el exterior más larga de las Fuerzas Armadas desde la llegada de la democracia y también en unas de las más peligrosas. No en vano, y quitando la batalla de Nayaf (Irak, 4 de abril de 2004), en Afganistán han tenido lugar las operaciones de combate más exigentes a las que se han enfrentado en los últimos años cumpliendo con su cometido.
Los combates de Sabzak
La primera misión de combate tuvo lugar en 2009. Los tabilanes querían aislar la provincia de Badghis, bajo control español, para convertirla en su principal bastión en el país. Para ello, tan sólo tenían que aislarla de las provincias limítrofes haciéndose con el control de sus dos accesos por carretera. El del norte, que discurría por Bala Murghab, ya lo tenían controlado. El paso siguiente era apoderarse del montañoso paso de Sabzak, que comunica Badghis con la provincia de Herat.
Los talibanes reclutaron efectivos y arrebataron el paso a los bandidos de la zona, que solían extorsionar a los comerciantes que por él pasaban pero que no atacaban a las tropas internacionales. Enterada la OTAN de los primeros controles talibanes en el paso montañoso y de los primeros ataques a tropas aliadas (estadounidenses), llamaron al Gobierno de Rodríguez Zapatero para solicitar que las tropas españoles acudieran a Sabzak a expulsar a los talibanes de la zona.
A finales de agosto, una compañía española abandonó la base de Qala I Now para hacerse con el control del paso de Sabzak. La operación militar tomó por sorpresa a los talibanes, que no pudieron plantar batalla. Pero tres días después, reorganizados los talibales afines al mulá Jamuladdin Mansoor y las tribus tayikas lideradas por Ishan Khan, se iniciaron los combates.
El 3 de septiembre de 2009, las tropas españolas fueron atacadas por fuerzas talibanes de manera coordinada. Los combates se prolongaron durante varias horas, resultando herido un militar español. Al día siguiendo, otro convoy español se dirigió a la zona para buscar y dar protección a un convoy de militares afganos. Los talibanes volvieron a atacar con fusiles kalasnikov y lanzacohetes. Los combates se prolongaron durante más de seis horas y las tropas españolas solicitaron apoyo aéreo a la coalición, que llegó en forma de helicopteros de ataque Mangusta italianos.
Después de dos días de combate, el parte de bajas mostraba dos militares españoles heridos y 13 muertos y 3 heridos en el bando talibán (que se pudiesen confirmar). La entonces ministra de Defensa, Carmen Chacón, en su política de ocultar la verdad habló de un ataque de 'delincuentes comunes' ante el asombro del estamento militar. El paso de Sabzak quedó desde entonces bajo control de las tropas de la coalición.
Operación Estaca
La denominada 'política de afganización' puesta en marcha por la OTAN para dotar al país de la posibilidad de controlar su propio territorio impulsó la puesta en marcha de operaciones de combate durante el año 2012. El objetivo era doble, por un lado eliminar las últimas bolsas de presencia talibán en las provincias afganas y, por otra, probar y mentorizar en combate a las unidades del Ejército Nacional afgano (ANA).
Con esta idea se llevó a cabo a finales de agosto de 2012 la Operación Estaca. El 29 de agosto, la 13ª compañía y la plana mayor de la III Bandera de la Brigada Paracaidista abandonó la base española de Qala I Now rumbo al puesto avanzado de combate de Ludina. Ambas localidades situadas en la provincia de Badghis. El convoy llegó a la instalación española antes del anochecer y allí pasaron su primera noche.
Al alba, sobre las 4.00 horas, y apoyados en todo momento por la información facilitadas por aviones no tripulados, comenzó la patrulla a pie por afuerzas de las localidades de Laman y Mangan, controladas por los talibanes. Sobre las 5.00 horas, las tropas españolas iniciaron los combates contra la insurgencia talibán, que se prolongaron durante toda la mañana del día 30. Para asegurar el éxito de la misión, los militares españoles fueron apoyados por vía aérea por cazas F-15 Eagle estadounidenses, en un primer momento, y por helicópteros de ataque Apache, después.
El parte de bajas de la primera jornada fue de un militar español herido (una bala atravesó la pierna derecha del paracaidista J.F.F., con salida en dos trayectorias, antes de quedar alojada en su pierna izquierda). Por parte de los talibanes, la coalición internacional pudo cuantificar 10 muertos y 6-8 heridos.
Las tropas españolas se replegaron para hacer noche de nuevo al puesto avanzado de Ludina. El día 31 de agosto repitieron la misma actuación que el día anterior, iniciando a las 4.00 de la madrugada sus primeras patrullas a pié. A diferencia del día anterior, se encontraron que los talibanes habían huido de la zona. Concluida la misión con éxito, las tropas españolas regresaron en convoy hasta la base de Qala I Now.
Operación Ontur
Unos días después de concluir con éxito la Operación Estaca, las tropas españolas se vieron inmersas en una nueva misión de combate, la Operación Ontur. Esta vez el área de referencia fue la zona norteste del puesta avanzado de Moqur, con el objetivo de ir liberando la zona de presencia talibán para convertir la provincia en un lugar seguro y permitir las obras de pavimentación de la carretera que vertebra Badghis desde el paso de Sabzak hasta el área de Bala Murghab.
Entre el día 9 de septiembre y el 12 del mismo mes, dos batallones de las tropas españolas (unos 300 efectivos) y un kandak del ejército afgano (unos 200 militares) salieron a la búsqueda de talibanes en el área de Galezardhak apoyados desde el aire por cazas de combate y helicópteros de ataque de la coalición, además de la información de inteligencia facilitada por aviones no tripulados.
Los enfrentamientos con los talibanes se produjeron durante los cuatro días, pero la demostración de fuerza de las tropas hispano-afganas hicieron huir de forma continuada a los hostiles que se iban encontrado a su paso, como demuestra el hecho de que después de cuatro días de misión de combate y limpieza de talibanes tan sólo hubiese una baja mortal en el lado de los islamistas.