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El atacante al supermercado judío se entrevistó con Sarkozy en 2009

Amedi Coulibaly, de 32 años, había sido condenado por terrorismo, apunta France Info.

Amedi Coulibaly, de 32 años, había sido condenado  por terrorismo, apunta France Info.
La imagen de Amedi en la entrevista en Le Figaro en 2009

Amedi Coulibaly, de 32 años, el supuesto asesino de una agente de policía en París y posterior secuestrador de varias personas en un supermercado judío de la capital gala, se entrevistó con Sarkozy en 2009. Este terrorista además estaría vinculado con los hermanos Chérif y Said Kuachi, causantes de la muerte de doce periodistas en el ataque contra el semanario satírico Charlie Hebdo.

Según han publicado varios diarios este viernes, Coulibaly fue entrevistado en el año 2009 por el periódico Le Parisien. El motivo sería que el joven, que entonces tenía 27 años, trabajaba en una fábrica de Coca-Cola en su localidad natal, e iba a encontrarse con el entonces presidente de la República, Nicolas Sarkozy.

El rotativo francés, como pueden ver en la imagen, titulaba: "Amedi,27 años, ve a Sarkozy esta tarde". Coulibaly se encontró con el presidente galo junto a otros nueve compañeros. "Ha pasado toda su vida en el barrio Grande-Borne en Grigny. Y él se va a encontrar con Nicolá sarkozy hoy. Amedi Culibaly trabaja con un contrato de profesionalización en la fábrica de Coca Cola de su ciudad natal. Acompañado de otras nueve personas que como él están en formación por turnos va a visitar al presidente de la República que desea reunirse con empresas comprometidas a favor del empleo de los jóvenes", decía el diario.

"Esto me agrada", decía un entonces sonriente joven. "No sé qué le voy a decir. Por lo pronto comenzaré por un bonjour", decía. El rotativo contaba además que Coulibaly, con nueve hermanas, le llevaría al entonces presidente "numerosos autógrafos y fotos para la familia".

Uno de los terroristas que este viernes ha sembrado el terror en París, hace seis años decía temer ser intimidado por el protocolo, en su encuentro con Sarkozy. "En Grigny no tenemos la costumbre de ir a menudo al Elyseo. Las recepciones no las conozco", declaró. Además, "en las ciudades, entre los jóvenes, Sarkozy no es verdaderamente muy popular, pero esto no tiene nada de personal. De hecho, es el caso de la mayoría de los políticos", decía.

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