Nicolas Sarkozy ha vuelto a ser elegido presidente de su partido, la UMP, con el apoyo del 64,5% de los afiliados. El triunfo de Sarkozy, al superar ampliamente el 50% de los sufragios, le permite evitar una segunda vuelta la semana próxima, pero queda muy por debajo de una cifra apabullante con la que esperaba iniciar una nueva fase sin contestación interna.
Tras Sarkozy, quedó Bruno Le Maire, ministro durante la presidencia de aquel (2007-2012), que consiguió un 29,18% de los sufragios de los militantes de la Unión por un Movimiento Popular (UMP). En tercer lugar se situó el también exministro Hervé Mariton, con un 6,32%.
La participación final en esta votación, que se desarrolló mayoritariamente por internet, fue del 58,1% entre los 268.341 militantes que estaban registrados. El secretario general de la UMP, Luc Chatel, subrayó que con esta jornada "se abre una nueva era para nuestra familia política", que ha vivido "un proceso electoral totalmente transparente".
Una vez instalado en la presidencia de la UMP, el verdadero reto de Sarkozy es triunfar en 2016 en las primarias para las presidenciales que tanto el partido como él mismo han prometido organizar de forma abierta. Unas primarias que tendrá que disputar con otros pesos pesados de la formación conservadora que ya han mostrado sus ambiciones, en particular los antiguos primeros ministros Alain Juppé y François Fillon.
Juppé, en una primera reacción a los resultados, dijo que lo que espera ahora de Sarkozy es "que una" y también que calme la situación: "A él le corresponde tomar la iniciativa".