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Riccardo Ehrman: "Merkel se fue a la sauna mientras caía el Muro"

Una pregunta suya al portavoz del Politburó de la RDA desencadenó el principio del fin del comunismo

Sobre la mesa del agradable salón del piso madrileño de Riccardo Ehrman la prensa del día, unas gafas y un libro en alemán, las memorias de Günter Schabowski, el hombre que hace exactamente un cuarto de siglo, tras preguntarle nuestro entrevistado cuándo entraba en vigor la nueva ley que permitiría a los alemanes del Este viajar libremente al Berlín occidental, contestaba "Ab sofort" es decir: inmediatamente. Cuando aparece, Ehrman ironiza con el inusitado protagonismo de un periodista como él, quien sin un ápice de resignación o cansancio se sienta para relatar a Libertad Digital la historia de aquel 9 de noviembre de 1989, la historia de su vida que coincide con un capítulo clave de nuestro mundo: el del comienzo del fin del comunismo. La misma historia que la mañana de la entrevista repetirá en italiano y en alemán por teléfono a diversos medios internacionales.

¿Cómo fue?

Me habían llamado para decirme que la rueda de prensa por la tarde era importante, lo que ocurre es que todas las ruedas de prensa en la Alemania oriental estaban descritas como importantes. Cuando llegué el señor Schabowski que era miembro del Politburó, la máxima autoridad en un país comunista, estaba haciendo un largo discurso, bastante aburrido, en el que hablaba de que ellos sabían lo que quería la gente y de que era posible que hubiesen cometido algún pequeño error. Cuando finalmente me dio la palabra dijo: "vamos a ver qué es lo que quiere saber nuestro colega italiano" y es entonces cuando yo le dije: "señor Schabowski, usted ha hablado de errores, ¿no cree que ha sido un gran error la Ley de viajes que se presentó hace pocas semanas?". Estaba llena de propaganda, no tenía contenido verdadero. La gente había quedado muy descontenta. Hay que recordar que en este tipo de países el portavoz del Gobierno era una figura muy importante, no se le podía hablar de esa manera, afeándole un error. Me puso una cara muy rara y me dijo: "no, no cometemos errores, pero tengo algo que decir" y sacó del bolsillo un papel que empezó a leer, era la nueva Ley de viajes. Se trataba de que todos los ciudadanos de la RDA podían pasar cada frontera sin necesidad de visado o pasaporte, eso era totalmente revolucionario. El Muro de Berlín se construyó en agosto de 1961 justo para impedir que los ciudadanos de la RDA pudieran pasar al oeste. En el momento en que él dijo que todos podían pasar significaba que el Muro había caído. Yo lo vi muy claro, pero los compañeros alemanes que cubrían la rueda de prensa o no lo creyeron o no lo comprendieron, porque estaban acostumbrados a la propaganda de los comunistas, que siempre anunciaban cosas maravillosas que luego quedaban en nada. Por eso sólo hablaron de que se facilitaban los viajes, mientras que yo y otra persona, un diplomático occidental alemán, vimos el hecho muy claro. El diplomático llamó inmediatamente a Kohl [Helmut] el canciller alemán de la época, que estaba de visita oficial en Varsovia y enseguida volvió a Bonn, que era la capital de la RFA. Yo llamé a mi agencia, que era ANSA, a Roma y, muy excitado, les dije "el Muro ha caído", lo tuve que repetir y escuché que me había vuelto loco "Riccardo è impazzito". Por suerte para mí y para el mundo no me había vuelto loco.

Luego fui a la frontera a comprobar in situ lo que estaba ocurriendo, no sabía que la rueda de prensa se había televisado. Me encontré con miles de personas haciendo cola para pasar al otro lado que, evidentemente, habían entendido en el mismo sentido que yo las palabras de Schabowski . Algunos empezaron a gritar: "es él, es el de la pregunta" y acto seguido varias personas abandonaron la cola para cogerme a hombros. Es un recuerdo increíble, porque a un periodista no le suelen pasar cosas así.

Riccardo Ehrman posando con el libro de Schabowski. | D.A.

Por mucho que la caída del Muro sea un "cisne negro" por utilizar una terminología al uso, y que acelerara el fin del bloque comunista, incluida la URSS, lo cierto es que el contexto de 1989 estaba marcado, entre otras cosas, por la Perestroika de Mijaíl Gorbachov.

Sí, todo parte de Gorbachov. Es importante saber algo, Schabowski es el marido de una mujer rusa que se llama Irina, a la que conoció en Moscú y que fue secretaria de Gorbachov, por eso existía un vínculo directo. Schabowski, que es un colega nuestro metido a la política, fue quien hizo caer al presidente de la RDA Honecker [Erich] mediante una alianza con otros miembros del Politburó. Él aspiraba a sucederle, pero al final eligieron a Krenz [Egon] que tenía más antigüedad en el Politburó. Él me dijo aquel día que no habían cometido errores, pero en este libro que ve ahí [lo señala] se titula [lo dice en alemán antes de traducirlo] "Nos equivocamos en casi todo".

¿Usted le considera un aperturista?

Sí, como le decía antes es un colega nuestro, dirigió el Neues Deutschland, el diario oficial de la RDA y del Partido Comunista. Era muy listo, y simpático. Lo he conocido a fondo después de 1989, estuve en su casa, hemos comido juntos, fue una persona muy importante.

¿Tiene la impresión de que estaba deseando que alguien le hiciese la pregunta que usted le hizo?

En ese momento él pronunció la condena a muerte de la RDA. Con el Muro caído la segunda Alemania estaba muerta. Pero tampoco creo que se diera cuenta al instante. Los últimos testimonios dicen que recibió el documento que leyó tras mi pregunta, la Ley del Gobierno de Krenz, muy poco antes de la rueda de prensa...

...se dice incluso que no había estado en el momento de la reunión en que se tomó la decisión...

...y se equivocó en los tiempos, porque la norma estaba prevista para entrar en vigor a las cuatro de la mañana [la rueda de prensa tuvo lugar a las 18:00 horas de aquel jueves 9 de noviembre de 1989 y el primer cable de ANSA anunciado la caída del Muro se publicó a las 19:30] entonces fue cuando yo le dije "¿desde cuándo?" y él dijo: "aquí no está escrito pero es desde este momento" se equivocó, pero afortunadamente todo fue positivo porque los acontecimientos se desarrollaron de manera pacífica, sin heridos ni muertos. Hay que agradecer el buen sentido de los alemanes, también los comunistas.

Entre los ciudadanos del Este estaba la hoy canciller Angela Merkel.

Tuve un encuentro con ella y me dio las gracias en nombre de Alemania. Me reconoció que ella no interpretó que había caído el Muro. De hecho se fue a la sauna después de ver la rueda de prensa.

LD | | David Alonso Rincón.

Usted llegó a corresponsal de ANSA porque era el único periodista de la agencia que dominaba el alemán.

Yo estaba en Canadá, informaba también de EEUU. Me llamaron por eso, sí, también hablo inglés y francés. Ahora también español, aunque no muy bien.

Un cuarto de siglo después, y ademas de la realidad sórdida y totalitaria de los regímenes del Este, incluida la RDA, ¿qué reflexión hace usted sobre aquellos acontecimientos?

El Estado de bienestar occidental era un escaparate que veían los ciudadanos de países comunistas. Fíjese que en la Alemania oriental se producían televisores pero que no estaban conectados con los canales de la República Federal. En teoría los orientales no podían ver esa televisión, pero con un pequeño apaño técnico se podía captar. Por eso todos, aunque estuviese oficialmente prohibido, veían la televisión del otro lado. También estaba prohibida, lógicamente, la prensa occidental. Yo, como corresponsal occidental que era, recibía todas las mañanas una gran cantidad de periódicos. Tres o cuatro veces me destrozaron el buzón para robarme la prensa.

¿Qué opina de la producción cultural de estos últimos veinticinco años? Películas como "La vida de los otros" o "Good bye Lenin".

La primera es extraordinaria. Es muy auténtica. Te hace revivir el clima de la época. En la RDA había vida cultural, cada ciudad tenía una orquesta sinfónica bastante buena, con músicos muy profesionales y con conciertos a precios muy asequibles, mucho. Podía ir cualquiera.

¿En qué porcentaje de la población estimaría usted la disidencia al régimen comunista?

Practicamente inexistente, como la fue en Alemania con Hitler. Había gente descontenta y frustrada, claro, pero no estaban organizados. No olvidemos que la policía secreta, la Stasi, era terriblemente eficaz. Quien se opusiera al régimen corría riesgo serio de desaparecer, como con los nazis.

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