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Un Cañete entrenado y técnico capea el chaparrón parlamentario

El aspirante a comisario de Energía encajó las críticas y entonó el mea culpa por la campaña. El cabo suelto, los vínculos con el sector petrolífero.

El aspirante a comisario de Energía encajó las críticas y entonó el mea culpa por la campaña. El cabo suelto, los vínculos con el sector petrolífero.
Miguel Arias Cañete | EFE

No podían faltar las coloridas referencias a su supuesto machismo, los ataques a sus intereses económicos o hasta los reproches de un diputado de Bildu a su gestión del Prestige, pero lo cierto es que, tras semanas atacado desde diversos frentes, Miguel Arias Cañete se creció durante su examen parlamentario mostrando cintura para encajar las críticas –llegó a pedir perdón por sus declaraciones en campaña en tres ocasiones-, reflejos para despejar las dudas sobre sus cuentas y, ante las preguntas técnicas, dominio de la materia.

Por momentos, la gigantesca sala de reuniones, abarrotada durante las 3 horas que duró el cuestionario, parecía un circo romano. Con el examinado sentado solo en un pupitre aislado frente a una audiencia de diputados, funcionarios y periodistas, las intervenciones parecían acometidas de fieros leones. Pero tras semanas de intensa preparación, el candidato español supo defenderse. Ciñéndose a los dos minutos clavados y intercalando idiomas con agilidad, Cañete cambió de un registro a otro para defender su honorabilidad, invitar a la moderación en el consumo energético, o urgir a la UE a ser líder en la lucha contra el cambio climático.

Antes siquiera de que comenzara el ataque, Cañete optó por vacunarse contra las críticas a su supuesta condición de machista. "Fue un comentario desafortunado y lo siento", blandió a modo de escudo sin lograr desactivar las críticas, pero sí debilitándolas antes de que llegaran con un argumento incontestable. "I apologise", le volvía a decir a una diputada británica, que no fue la única en destacar su error dialéctico en campaña. De hecho, no faltaron referencias irónicas de diputadas que le espetaban que no supiera debatir con mujeres. "Ya he pedido perdón", respondía sin alterarse antes de lanzar su primera promesa de la noche: la de formar un equipo paritario de hombres y mujeres y la de nombrar una mujer como jefa de gabinete si llega a comisario.

Pero el flanco más débil de la candidatura de Cañete no es otro que sus vínculos con empresas petroleras. Aunque el candidato trató de presentar su venta de acciones como muestra de su transparencia e independencia, muchos le afearon el vínculo de su cuñado con el sector. Las referencias al cuñado fueron tan recurrentes, que un tory británico llegó a señalar con sorna: "Quizá le sorprenda, pero no me interesa cómo se gana la vida su cuñado". En un momento del examen, el cuñado se llegó a convertir en motivo de carcajada. Miguel Arias no llegó a pronunciarse sobre el particular.

El otro flanco débil, el de su declaración de intereses económicos presentados en el Parlamento en las horas precedentes al examen, también fue motivo de controversia, aunque en este caso, Cañete no dejó resquicio de duda y se arrancó con una acalorada defensa de su honorabilidad y con la limpieza de sus cuentas. "Siempre he cumplido con mis obligaciones con el fisco español, y estoy orgulloso", remachaba.

A la salida del examen, un grupo de fieles evitó que el candidato, relajado y sonriente, atendiera a la prensa, como al principio parecía su intención. "Por nada del mundo", llegó a decir una persona de su equipo. Pero la euforia había cundido entre sus colegas, mientras que en las filas enemigas se alegraban por lo que interpretaban como un linchamiento. "Ha habido ley de costas, perforaciones, el cuñado…", se felicitaban desde las filas socialistas. Efectivamente, Cañete tuvo que vérselas con su pasado (de mano del Prestige), y también con su presente (o el de su Gobierno, al que también se le enjuició en la persona de Soria).

Si la evaluación se basara en raseros técnicos relacionados con la cartera de Energía y Acción para el Cambio Climático que le ha sido designada, el candidato a comisario no tendría problemas en recibir luz verde del Parlamento Europeo. Pero los criterios para ponerle nota son políticos y, en el seno de diversos grupos, no terminan de convencer sus vínculos de su familia –más concretamente, su cuñado- con empresas del sector petrolífero, quizá el cabo suelto en la candidatura de Miguel Arias Cañete.

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