El expresidente francés Nicolas Sarkozy concretó hoy su vuelta a la política activa al anunciar que será candidato a la presidencia de su partido, la conservadora Unión por una Mayoría Popular (UMP), que se dirimirá en un congreso dentro de dos meses.
En un mensaje colgado en su página de la red social Facebook, Sarkozy, de 59 años, justificó este giro por amor a su país. "Quiero a Francia demasiado; estoy demasiado apasionado por el debate público y por el futuro de mis compatriotas como para verlos condenados a elegir entre el espectáculo desesperante del presente y la perspectiva de un aislamiento sin salida", señaló el político conservador.
Una alusión, sin citarlos, a la impopularidad de su sucesor, el socialista François Hollande, y a la fuerza emergente de la política francesa, la líder del ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen.
El que fuera jefe del Estado entre 2007 y su derrota en las elecciones de mayo de 2012 señaló que su retorno responde a "la marea de desesperanza" y al "enfado" que ha visto crecer "contra el poder y su mayoría, pero más ampliamente contra todo lo que toca de cerca y de lejos a la política".
Insistió en que ha "sentido en muchos franceses la tentación de no creer en nada ni en nadie". "Esa ausencia de toda esperanza tan específica a la Francia de hoy, nos obliga a reinventarnos profundamente", añadió.
Sobre su candidatura a la presidencia de la UMP, precisó que su objetivo es "transformarla de arriba abajo, para crear en un plazo de tres meses las condiciones de una nueva y amplia unión que se dirigirá a todos los franceses, sin ningún espíritu partidista, que supere las fracturas tradicionales que no corresponden ahora a ninguna realidad".
Sarkozy, que está imputado por corrupción activa, tráfico de influencias y encubrimiento de la violación del secreto profesional en la instrucción sobre una posible financiación irregular con dinero del derrocado dictador libio Muamar Gadafi, y aparece vinculado a más de media docena de otras investigaciones judiciales, no hizo ninguna referencia a ese lastre.
Afirmó que su voluntad es construir "una alternativa creíble", "la formación política del siglo XXI" en la que espera aglutinar "todas las inteligencias, todas las energías, todas las buenas voluntades".
El marido de la exmodelo y cantante Carla Bruni, recordó que al perder los comicios presidenciales el 6 de mayo de 2012, había dicho que se retiraba de toda actividad pública, pero desde entonces ha sacado las conclusiones de su mandato, evaluado "la vanidad de algunos sentimientos" y "descartado cualquier espíritu de revancha o de enfrentamiento".
Por su parte, Hollande, preguntado ayer por la esperada candidatura de Sarkozy para dirigir la UMP, se limitó a comentar que los que en el pasado han dirigido el país "tienen perfectamente el derecho de quererlo dirigir mañana o pasado mañana".
Sarkozy se enfrentará por el control del partido, entre otros, a otros dos grandes barones de la derecha francesa, los ex primeros ministros Alain Juppé y François Fillon.