El líder de Podemos, Pablo Iglesias, se estrenó en el hemiciclo con un larguísimo discurso que le granjeó su primera bronca parlamentaria. Durante más de un minuto, el presidente interino del Parlamento Europeo le conminó a finalizar su discurso, "por cortesía con sus colegas diputados". Haciendo oídos sordos a las numerosas invitaciones a cerrar su intervención -"se lo ruego, le voy a tener que interrumpir", insistía el presidente-, Iglesias continuó pidiendo a los diputados del Sur que "votaran como griegos, italianos (...), portugues o españoles" contra "la deriva autoritaria de la troika".
Mientras Pablo Iglesias alzaba la voz desde su recién estrenado escaño europeo -"los millones que habéis dicho basta en las plazas, quiero deciros que sois el orgullo..."-, quien ejercía de presidente de la cámara, Giani Pitella, no lograba disimular su hartazgo. "Se lo suplico" -le urgía mientras Iglesias seguía leyendo apresurado su prolijo discurso de estreno-, "por respeto a sus colegas".
"Lo siento, pero debo interrumpirle", insistía el presidente interino. "Debe cerrar su intervención", avisaba Pitella, sin lograr meter en cintura a un incontenible parlamentario dispuesto a terminar de leer su fajo de folios. "Finisco in dieci secondi", se justificaba Iglesias en perfecto italiano mientras se saltaba las normas parlamentarias.