Una foto ha desbaratado los esfuerzos del Gobierno de Angela Merkel por mostrar firmeza ante Rusia por la crisis en Ucrania. La pasada noche, el excanciller socialista Gerhard Schröeder acudió en San Petersburgo a una cita con su amigo Vladimir Putin: el presidente ruso iba a regalar al exmandatario alemán una gran fiesta con motivo de su 70 cumpleaños.
Aunque no hay imágenes de la celebración, que según cuentan los medios locales fue fastuosa, sí hay fotos que dejan ver lo cercano de la relación entre Schroeder y Putin: el alemán y el ruso se saludaron efusivamente con un abrazo y se les vio entrar, juntos y sonrientes, en el lugar de la fiesta.
En Alemania, todos los medios se están haciendo eco de lo ocurrido por el lugar en que deja la política internacional de Merkel. Pero los más perjudicados por las fotos, con diferencia, son los excompañeros de Schröeder en el SPD. Según dice la prensa local, están literalmente "sin palabras", buscando alguna forma de capear el temporal.
En los medios y en las redes, las críticas son prácticamente unánimes. Oficialmente, Schröeder viajó a Rusia con motivo de su puesto en Nord Stream AG, compañía gasística que forma parte del coloso ruso Gazprom. Desde la compañía, apuntaron que el viaje se debía a un encuentro habitual, fijado para abril, entre los miembros de la corporación, y no quisieron pronunciarse sobre la fiesta posterior, informa el Sueddeutsche Zeitung.