A sus 79 años, el cardenal Tarcisio Bertone es el actual camarlengo de la Iglesia Católica y durante el Pontificado de Benedicto XVI y el inicio del de Francisco fue el secretario de Estado del Vaticano.
Su trabajo ha estado siempre envuelto en la polémica y le tocó lidiar con graves asuntos como el Vatileaks o los escándalos del IOR, conocido como el Banco Vaticano. Muchos dedos lo señalaron por su gestión mientras que a estas críticas se le unían las acusaciones de pretender tener cada vez más poder haciendo de embudo para que Benedicto XVI no se enterase de todo lo que pasaba a su alrededor.
Sin embargo, cuando el cardenal Bertone ya parecía estar en un segundo plano tras su retiro vuelve a aparecer en el ojo del huracán. La prensa italiana publicaba las obras sobre la que será su nueva residencia y el enfado que supuestamente tendría el propio Papa ante la intención de Bertone.
Y es que en un momento en el que el Papa quiere encaminar a la Iglesia a la austeridad y a una vida más humilde de sus miembros, se publicó que el cardenal está preparando una vivienda que consiste en un doble ático de 700 metros cuadrados en el Palazzo San Carlo, en el Vaticano, precisamente junto a la Casa Santa Marta, lugar de residencia del papa Francisco.
En este sentido, la nueva vivienda del cardenal es diez veces más grande que la del Pontífice, pero el mayor problema viene de que Bertone no se ha conformado con el apartamento que tenía asignado de 400 metros cuadrados sino que las obras están uniendo esta estancia a otra vivienda de 200 metros. Además, habría que añadir la terraza de más de cien metros de la que consta el ático.
Según informaba La Repubblica "cuando Bergoglio, después de haber observado los complejos trabajos de reestructuración del edificio de al lado, fue informado de quién iba a ser su vecino de casa, se enfadó no poco".