La Cancillería de Ucrania anunció este sábado que ya ha dado los primeros pasos para aplicar los acuerdos de Ginebra, como la suspensión de la fase activa de la operación antiterrorista y el inicio de un debate público sobre la reforma constitucional.
"Ucrania llama a las partes signatarias de los acuerdos de Ginebra a que hagan el mayor de los esfuerzos para impedir una escalada en el este de Ucrania", apunta la Cancillería en un comunicado.
El Servicio de Seguridad de Ucrania ha decidido interrumpir todas sus operaciones en las insurgentes regiones orientales, en particular en Donetsk, durante las fiestas de la Pascua ortodoxa, que coincide este año con la católica.
La que no ha sido suspendida es la campaña de incautación de armas ilegales entre la población civil lanzada por el Ministerio del Interior.
Las concesiones de Kiev
Además, el Gobierno ucraniano ha dado de plazo hasta el próximo 1 de octubre para presentar las propuestas de reforma constitucional con el objetivo de descentralizar el poder ejecutivo, como demandan los prorrusos, aunque sin llegar a romper el Estado unitario.
Kiev se propone conceder mayores competencias presupuestarias, impositivas y administrativas a las regiones, a lo que se suma la posibilidad de conceder el estatus de oficial en sus territorios al idioma ruso.
El comunicado recuerda que el Ejecutivo ucraniano ha preparado un proyecto de amnistía para los participantes en los disturbios masivos en las regiones surorientales que se aplicará a aquellos que depongan las armas y desalojen los edificios oficiales ocupados. La amnistía no afectará a los militantes prorrusos que hayan cometido delitos graves.
Los acuerdos de Ginerba
Por otra parte, el ministro de Exteriores de Ucrania, Andréi Deschitsa, se reunió en Kiev con representantes de la misión especial de la OSCE, que será la que garantice la aplicación de los acuerdos a cuatro bandas.
Ambas partes destacaron la importancia de adoptar medidas urgentes para estabilizar la situación en el este del país, de mayoría rusohablante.
Los prorrusos siguen sin abandonar el ayuntamiento de Donetsk, frente al que han instalado barricadas, y lo mismo ocurre con los otros edificios oficiales en las localidades de Slaviansk y Kramatorsk, donde los insurgentes han vuelto a tomar la torre de televisión para interrumpir la emisión de la televisión ucraniana.
Ucrania, Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea alcanzaron el jueves en Ginebra un acuerdo que obliga, entre otras cosas, a desarmar a las milicias irregulares prorrusas y a desalojar las sedes oficiales.
Moscú, acusada por Kiev de instigar la sublevación, prometió por su parte cooperar para la aplicación del acuerdo, lo que debe ser supervisado por observadores internacionales.
No obstante, las milicias prorrusas insisten en que antes deben desarmarse grupos ultranacionalistas del oeste, como el Sector de Derechas, y desmantelarse la acampada en la plaza Maidán, corazón de las protestas en Kiev contra el Gobierno del ahora depuesto y huido presidente Víctor Yanukóvich.