El ministro británico de Asuntos Exteriores, William Hague, advirtió a Moscú que "habrá otras consecuencias y otro precio para Rusia", además de las presiones económicas y diplomáticas actuales, si no repliega sus tropas en la república autónoma ucraniana de Crimea.
"El mundo no puede quedarse impasible ante la situación en Crimea y decir que todo está bien. El líder ruso debe ser consciente de lo que pasa", dijo el titular de la cancillería británica tras reunirse en Kiev con el presidente interino de Ucrania, Alexandr Turchínov.
Hague aseguró que la comunidad internacional "no contempla las posibilidades militares" ante lo que calificó de "invasión de Crimea por las tropas rusas", y precisó que Occidente "está concentrado en presiones diplomáticas y económicas a Moscú".
"Lo que sucede en Crimea es una violación de la soberanía y la integridad territorial de Ucrania. Vamos a dar pasos decididos para ponerle fin. El mundo no dejará Ucrania", subrayó el jefe de la diplomacia del Reino Unido en rueda de prensa.
El Gobierno del primer ministro Arseni Yatseniuk y la nueva mayoría parlamentaria en la Rada han sido arropados estos días por la comunidad internacional, que exige a Rusia que repliegue sus tropas en Crimea y replantee su anunciada intervención en la península.
Reino Unido fue uno de los primeros miembros del G7 ( formado además por EEUU, Canadá, Japón, Alemania, Francia e Italia), en anunciar la suspensión de su participación en los preparativos de la cumbre del G8 en Sochi (Rusia).
Los líderes de las siete potencias más industrializadas, así como los presidentes del Consejo Europeo y de la Comisión Europea, condenaron "la clara violación" de la soberanía e integridad territorial de Ucrania por parte de Rusia, al ocupar militarmente Crimea.