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La ONU pide al Vaticano investigar a la jerarquía por los casos de abusos

El texto de la ONU es extremadamente duro con la Santa Sede y ésta lamenta algunas de las conclusiones del informe de Naciones Unidas.

El Comité de la ONU sobre los Derechos del Niño ha pedido al Vaticano que "retire inmediatamente" a todos los miembros del clero de los que se sabe o se tiene sospecha de que han cometido abusos sexuales contra menores y que los entregue a las autoridades civiles.

Igualmente, señala que la comisión específica creada el pasado mes de diciembre por el papa Francisco para este asunto debería investigar todos los casos de abuso sexual infantil así como la conducta de la jerarquía católica ante estos hechos.

Una delegación vaticana presentó el pasado 16 de enero en la sede del organismo de la ONU en Ginebra (Suiza) un informe sobre las medidas adoptadas para condenar y prevenir los casos de abusos sexuales y proteger a los menores ante la Convención de la ONU relativa a los Derechos del Niño.

El órgano de las Naciones Unidas se encarga de revisar regularmente la aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño, tratado de la ONU de 1989, del que la Santa Sede fue uno de los primeros países promotores en 1990. La Santa Sede acudía para responder sobre su acción ante los expertos de las Naciones Unidas, como el resto de países miembro.

En el informe presentado este miércoles por el organismo de la ONU, se reclama también a la Santa Sede que haga públicos sus archivos sobre casos de abuso sexual. Además, el Comité manifiesta su preocupación por el conocimiento que de estos casos se tenía en la Santa Sede.

"El Comité está profundamente preocupado por que la Santa Sede no ha reconocido la gravedad de los crímenes cometidos, no ha tomado las medidas necesarias para hacer frente a los casos de abuso sexual infantil y para proteger a los niños y ha adoptado las políticas y prácticas que han dado lugar a la continuación del abuso por parte y por la impunidad de los perpetradores", señala el informe.

Además, el informe considera que la Iglesia Católica todavía no ha tomado las medidas para evitar que se repitan casos como los de Irlanda, en los que en unas lavanderías de las Hermanas Magdalenas se sometió a niñas a condiciones de trabajo forzoso. Para estas víctimas, en concreto, pide que sean indemnizadas.

El observador permanente de la Santa Sede ante la ONU en Ginebra, monseñor Silvano Tomasi, advirtió el pasado 16 de diciembre ante el Comité de la Convención de Derechos de la Infancia de la ONU, que los "abusadores" se encuentran entre las "profesiones más respetadas" incluidos "miembros del clero y personal de la Iglesia".

"Los abusadores se encuentran entre los miembros de las profesiones más respetadas del mundo, la mayoría lamentablemente, incluidos los miembros del clero y otro personal de la Iglesia. Este hecho es especialmente grave, ya que estas personas están en posiciones de gran confianza y son llamados a promover y proteger todos los elementos de la persona, como la salud física, emocional y espiritual. Esta relación de confianza es fundamental y exige un alto sentido de responsabilidad y respeto por las personas atendidas", ha expuesto.

Monseñor Tomasi también subrayó que "no hay excusa" para ninguna forma de violencia o explotación a niños y que estos crímenes "nunca pueden ser justificados, tanto si son cometidos en casa, la escuela, el deporte o en organizaciones y estructuras religiosas".

Esta, según afirmó, es la política "de toda la vida" de la Santa Sede. Tomasi expuso que el Vaticano ha delineado políticas y procedimientos para colaborar con las autoridades y luchar contra este crimen. Concretamente, subrayó que las Iglesias locales han elaborado directrices para prevenir los abusos sexuales y protocolos de actuación ante estos casos. De hecho, aseguró que "la Iglesia Católica está dispuesta a convertirse en el ejemplo de mejores prácticas en esta tarea tal y como exigen los altos valores e ideales de la Convención y sus Protocolos".

El Papa Francisco ha continuando la senda iniciada por Benedicto XVI para proteger a los más débiles y ha instituido una comisión específica para prevenir los casos de pederastia en la Iglesia. Asimismo, el Pontífice ha aprobado una reforma del Código Penal del Vaticano para reforzar las sanciones contra los actos de pederastia.

La primera reacción del Vaticano

Por su parte, el Vaticano estudiará "minuciosamente" las observaciones finales del informe publicado este miércoles por el Comité de la ONU sobre los Derechos del Niño respecto a los casos de abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes.

En un comunicado, la Santa Sede anuncia que los resultados del informe de la ONU "serán sometidos a minuciosos estudios y exámenes", con "absoluto respeto" a la Convención y en conformidad con la legislación y la práctica del derecho internacional así como teniendo en cuenta el debate interactivo con el público de la Comisión celebrada el 16 de enero de 2014.

No obstante, lamenta que varios puntos del informe de la ONU intenten "interferir en las enseñanzas de la Iglesia católica sobre la dignidad de la persona humana y el ejercicio de la libertad religiosa". Finalmente, reitera su compromiso con la "defensa y protección de los derechos del niño", en consonancia con los principios promovidos por la ONU y en conformidad con los valores morales y religiosos ofrecidos por la doctrina católica.

Paralelamente, el portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, de visita en España ha asegurado que en la Santa Sede "han trabajado y están trabajando mucho" sobre la cuestión de los abusos sexuales y ha destacado que "en los próximos días o semanas" se explicará la constitución, la composición y las funciones de la Comisión creada por el Papa Francisco y el grupo de ocho cardenales conocido como 'G8 vaticano' para proteger a los niños frente a los abusos.

Lombardi ha indicado que prepararon un documento, después anotaron las observaciones, tuvieron un día de discusión en el Comité y "ahora serán publicadas las recomendaciones".

"Tenemos que responder a preguntas o ataques, muchas veces son presentaciones muy ideológicas o parciales de las cuestiones y tenemos que explicar nuestra posición. De nuestra parte puede ser una contestación de estas recomendaciones porque es un largo proceso el de la convención y el de la relación entre el comité y las respuestas de los Estados", ha precisado.

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