A petición del grupo socialista, determinado a hacer del anteproyecto español de la ley del aborto una prioridad electoral en Europa, la Eurocámara ha debatido sobre una legislación que todos los grupos de la izquierda han tachado de "retrógrada", "reaccionaria", "hipócrita" o hasta "propia de regímenes totalitarios".
Tras el aluvión de críticas por parte de eurodiputados de distintos países y grupos políticos al proyecto de ley del ministro Gallardón, la Comisión Europea ha reiterado que carece de competencias en la materia, y se ha centrado en lamentar, por boca del comisario europeo de Transportes Siim Kallas la "alta mortalidad materna y la mutilación genital" y en clamar por una "Europa más igualitaria en el ámbito sanitario".
Aferrados al mensaje de que "Europa no puede permanecer impasible" ante el cambio de ley que propone el Ejecutivo de Mariano Rajoy, los socialistas españoles llevaron el debate hasta Estrasburgo, basados, como justificó la eurodiputada socialista María Muñiz ante el Pleno, en que "el grupo popular en el Congreso ha impedido hasta el ocho ocasiones un debate libre y abierto" sobre la cuestión. Tras carteles de apoyo al aborto libre y gratuito, numerosos diputados de diversos grupos políticos (verdes, socialistas o liberales) criticaron con crudeza un proyecto que, coinciden, "incrementará los abortos clandestinos". "¿Cree el gobierno que éste es el principal problema que tiene España?", clamó la liberal holandesa, Sophie in’t Veld, "contentísima de venir de un país donde el aborto en seguro y legal", en uno de los mensajes más repetidos a lo largo de todo el debate.
Tibieza popular
En contraste con la vehemencia de los grupos críticos con la propuesta del Gobierno español a la hora de criticarla, el grupo popular en la Eurocámara no entró a defender la propuesta en concreto, sino que se limitó en sus varias intervenciones, a destacar que "la UE no tiene competencias sobre la materia". "Respetamos plenamente el Tratado de Lisboa que aclara que los derechos sexuales y reproductivos son materia subsidiaria y, por tanto, competencia y responsabilidad de los Estados miembros", declaró, sin entrar en detalle, en representación de los populares la eslovaca Edit Bauer. Entre los populares españoles, sólo Teresa Jiménez Becerril tomó la palabra para espetar a los socialistas que tengan "alergia a defender al no nacido" y para reprochar que el debate haya tenido lugar en Estrasburgo porque los socialistas "temen no ganarlo en España".
Además, los numerosos diputados franceses pertenecientes a la familia de populares que alberga en el Parlamento a los españoles del PP parecen haber dado la espalda al Gobierno español. Así, sólo intervino la eurodiputada Elisabeth Morin-Chartier, para alabar la ley Veil y lamentar que hoy, "38 años después", haya "opiniones divergentes a pesar de que podríamos tener un texto consensuado", en referencia al proyecto español. Además, pidió "evitar caricaturas" y presentar la realidad en "el grupo de los buenos por un lado y de los malos por otro".
Por su parte, los conservadores polacos, que no pertenecen al grupo PPE, sino al de Conservadores y Reformistas, recrudecieron el tono del debate al tachar el eurodiputado Antoni Legutko Ryszard de "asqueroso" un informe en defensa del aborto libre anteriormente votado en el Parlamento, y hablar de una "era oscura" de la que, según él, como ocurrió con la esclavitud, se avergonzarán las nuevas generaciones.