Cinco días después, continúan rescatándose cuerpos del mar de Lampedusa. Aún no hay cifra oficial que dimensione la tragedia, aunque haya sido precisamente el insoportable número de víctimas lo que ha provocado que este naufragio y no otro haya saltado al centro de la actualidad. De las 500 personas que viajaban en la lancha, sólo 155 han sobrevivido.
Pero lo ocurrido en Lampedusa dista mucho de ser un incidente aislado. Es la noticia de impacto que destapa un fenómeno con muchas más implicaciones que las de una barcaza que se hunde a media milla de Europa. El día anterior llegaron otros mil frente a la misma costa, y sólo de 2005 a 2011, más de 3.000 personas se dejaron la vida frente a las costas de Lampedusa según los datos de ACNUR. En total, fueron 8.000 desde 1990. Todo ello, sin contar los cadáveres que se tragó el mar y jamás se recuperarán.
¿Avalancha de inmigrantes?
Que Lampedusa está desbordada es un hecho. Los 20,2 km2 de superficie no son suficientes para acoger a más inmigrantes "ni vivos, ni muertos", como destacó su alcaldesa Giusi Nicolini. Esta pequeña isla recibe cada día nuevos ingresos de inmigrantes irregulares, alcanzando cifras récord: sólo en el primer semestre del año 24.000 inmigrantes han llegado a las costas sicilianas y también calabresas.
Pero durante los últimos días, la mayoría de los medios han relacionado esto con una avalancha generalizada de inmigrantes que tratan de llegar Europa y que se habría acrecentado en los últimos años. Pero los datos sugieren que no es así: según las cifras de Frontex, en 2012 se redujo un 49% el número de refugiados e inmigrantes que trataron de llegar al viejo continente. En la zona que afecta a Lampedusa - el área el Mediterráneo- la caída es aún más significativa: el flujo migratorio que finaliza en Italia y llega del norte de África ha caído un 82%.
Ha descendido el número de inmigrantes que tratan de llegar -por diferentes vías- a Europa, pero a la vez ha aumentado el número de fallecidos en estos viajes, según los datos de ACNUR.
¿Dejarles morir en el mar?
Otro de los asuntos clave que ha destapado lo ocurrido en Lampedusa son las políticas que los diferentes países europeos han desarrollado para tratar de frenar el flujo migratorio. Concretamente, el debate se ha trasladado al papel que tienen las embarcaciones que avistan las lanchas de inmigrantes tratando de llegar a puerto. Según las normas supranacionales de la Convención de Naciones Unidas sobe el Derecho del Mar, las embarcaciones están obligadas a dar socorro a estos inmigrantes.
Pero en Italia rige otra norma desde 2002, por la que cualquiera que preste ayuda para llegar a puerto a estos inmigrantes puede ser procesado por "complicidad con la inmigración ilegal". Y no es mera palabrería: en los últimos años varios pescadores han sido procesados por salvar del mar a inmigrantes que estaban a la deriva.
El Constitucional italiano declaró esta ley (creada por Berlusconi, azuzado por La Liga Norte), como "racista", pero se continuó aplicando tanto durante los Gobiernos de Mario Monti como en los meses que lleva al frente del Ejecutivo Enrico Letta. Ahora, Lampedusa ha resucitado estos fantasmas, y el ministro del Interior ha prometido una modificación de esta legislación que obliga a denegar el socorro.
El dilema de los pescadores
"Los tres pesqueros que vieron a los inmigrantes se fueron, ya que nuestro país ha procesado a pescadores y armadores que han salvado vidas humanas por el crimen de favorecimiento a la inmigración ilegal", denuncio Giusi Nicolini el día que estalló la tragedia.
Y es que en Italia, los pescadores están obligados a elegir, como retrató el film Terraferma: o violar el derecho del Mar y dejar morir a los inmigrantes, o violar las leyes patrias y salvarles... asumiendo el riesgo de ser procesado por ello.
Mientras Italia decide si mantiene esta legislación, la Comisión Europea ha dado un paso al frente y ha propuesto crear un cuerpo europeo encargado de detectar y rescatar a los inmigrantes que se aproximen a las costas comunitarias por el Mediterráneo, según ha adelantado la BBC. La intención es implementar la actual Frontex (agencia europea para el control e las fronteras) y crear una fuerza de intervención, ya que hasta ahora sólo presta asistencia. No obstante, aún se trata de un proyecto algo difuso, en el que no se ha concretado cuál será la aportación -económica y personal- que se les solicitará a los países, y cuál será su predisposición ante ello. Hace seis meses, esta misma propuesta cayó en saco roto. Habrá que ver si Lampedusa ha removido suficientes conciencias para tomarla en consideración esta vez.