Operarios del sistema de alcantarillado de Londres han trabajado durante tres semanas para deshacer una bola de grasa de 15 toneladas. Según informa el diario británico The Guardian, la enorme acumulación de residuos, del tamaño de un autobús, estuvo a punto de bloquear los desagües del barrio de Kingston. Fueron los vecinos los que dieron la voz de alarma, cuando notaron que sus tuberías no funcionaban correctamente. Al inspeccionar la zona, los operarios dieron con las 15 toneladas de grasa acumulada, que tardó tres semanas en ser totalmente eliminada.
Según cuenta The Guardian, citando a un portavoz de la compañía, es común que se formen acumulaciones de grasa que dificulten la circulación del agua, pero nunca antes habían encontrado tal cantidad de suciedad condensada en un solo punto.
Las autoridades culpan de estas situaciones al aceite que los vecinos tiran por las cañerías y a las toallitas húmedas.