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Italia vota tras el "circo" de la campaña electoral

Los italianos votan este domingo y este lunes al sucesor de Mario Monti, tras una campaña marcada por las salidas de tono. 

Los italianos votan este domingo y este lunes al sucesor de Mario Monti, tras una campaña marcada por las salidas de tono. 
Pier Luigi Bersani, Mario Monti y Silvio Berlusconi.

Italia ha votado en las dos jornadas de elecciones generales que se celebraron domingo y lunes, unos comicios que fueron anticipados dos meses tras la dimisión en diciembre del primer ministro, Mario Monti, y tras los que "a priori" se perfila un escenario algo incierto.

Los colegios electorales abrieron sus puertas a las 08:00 hora local para permitir el voto hasta las 15.00 horas de este lunes de los algo más de 47 millones de personas  llamadas a las urnas, cuando además de los legislativos, se celebran también comicios regionales en Lacio, Lombardía y Molise.

Esos más de 47 millones son los electores mayores de 18 años que podrán votar a los 630 miembros de la Cámara de los Diputados (Baja), pues solo quienes tengan al menos 25 años (más de 43 millones) podrán elegir a los 315 senadores que ocuparán la Cámara Alta junto a 5 miembros vitalicios, incluyendo al presidente de la República, Giorgio Napolitano, una vez que expire su mandato en mayo.

El "circo" de la precampaña

Estas elecciones ponen fin a 15 meses de gobierno tecnócrata de Mario Monti , pero además, a una deslucida campaña electoral, que por momentos ha estado más cerca de la comedia que de la seriedad.

La irrupción de Berlusconi en los comicios ha tenido una consecuencia fundamental: Il Cavaliere ha logrado dominar el debate político, marcando el paso del resto de candidatos, a pesar de no liderar las encuestas.

Gracias a su posesión de los medios de comunicación, el líder de la coalición de centro derecha ha monopolizado las emisiones televisivas, acudiendo a escasos actos públicos en los que, no obstante, ha tenido sus patinazos y salidas de tono habituales. Quizás el más recordado fue aquél en el que acabó poniéndose comprensivo con Mussolini, alegando que "hizo cosas buenas" aunque era difícil "ponerse en el lugar de quien decidió entonces. Quizás por temor ante la potencia alemana, prefirió ser aliado de Hitler antes que opositor". Por supuesto, también repitió otras de sus señas características, dirigiéndose a las mujeres del público en términos poco respetuosos.

Y ha sido así hasta el último momento. Berlusconi no se ha bajado de la polémica ni siquiera a escasas horas de la apertura de los colegios. Desde la sede deportiva de su club de fútbol, le dijo a un periodista griego que la justicia italiana es más peligrosa que "la mafia silciliana", rompiendo el "silencio electoral" al que están obligados los candidatos.

Pero quizás las declaraciones que más han contribuido a desatar el pánico en los mercados internacionales han sido las puramente económicas. Las grandilocuencias de Berlusconi asegurando que, bajo su mandato, se lanzaría a sacar a Italia del euro no han sido el bálsamo que necesitaba un país que también vive bajo el pulso inestable de la prima de riesgo.

Las últimas encuestas sobre los resultados datan de hace más de 15 días, de acuerdo con la ley electoral italiana que prohíbe los sondeos dos semanas antes de los comicios. En ellos, Berlusconi ganaba fuerza, pisándole los talones a Bersani, probable ganador. ¿Hasta qué punto ha ganado fuelle el anterior líder italiano? Esa es una de las preguntas claves de estos comicios.

Otro de ellos es la figura de Beppe Grillo, el cómico metido a político cuyo recién fundado partido (Movimiento 5 estrellas) ha logrado sumar un gran número de fieles, y que con toda seguridad se estrenará en el Parlamento italiano. Pero el genovés está lejos de representar el sólido líder que necesita el país, y ha conseguido auparse gracias a dos de los peores enemigos de la estabilidad: el populismo y la demagogia. Con la baza de la antipolítica, Grillo ha llenado estadios y plazas públicas con un discurso antisistema, llegando a instituir el "Vaffanculo day" -jornada del 'vete a tomar por culo'. Aupado como personaje mediático, el excómico no ha respondido ni una pregunta de los periodistas, y ha protagonizado polémicas afirmaciones machistas y salidas de tono. Entre otras, pedir a Al Qaeda que bombardeara el Parlamento italiano. Aunque es prácticamente imposible que Grillo llegue a tener opciones de entrar en la coalición de gobierno, su irrupción en la campaña es un fuerte catalizador de la actual situación de la política italiana.

Y mientras, el candidato con más opciones, ha ido viendo cómo el panorama se le ponía de espaldas según avanzaba la campaña. Pier Luigi Bersani podrá hacerse con el Congreso (gracias a la ley electoral italiana, que otorga una 'bonificación' al partido más votado) pero lo tendrá complicado en el Senado, y por tanto, el Partido Democrático se verá obligado a buscar coalición con la coalición de centro de Mario Monti. Y parece que no será fácil. Aunque el programa del candidato de centroizquierda no difiere demasiado del desarrollado por el tecnócrata, los rigores de la campaña han ido distanciando a ambos líderes, haciendo cada vez más improbable la llegada de un acuerdo postelectoral. 

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