En el ámbito económico, tan importante para estas presidenciales, las reformas realizadas por Sarah Palin en Alaska, tanto en Wasilla como en Juneau, la colocan como una conservadora fiscal que suprimió gastos innecesarios y redujo los impuestos de propiedad. Como gobernadora, redujo en más del 10% el presupuesto del estado en 2007 y vetó hasta 268 millones de dólares para otros proyectos que juzgó inútiles o innecesarios para la ciudadanía. En ese empeño, movilizó al congreso de Alaska para aprobar medidas a fin de devolver a los contribuyentes hasta 800 millones de dólares y mantener todavía en las arcas de su estado un superávit de gestión de 5.000 millones de dólares.
Sin salir de lo económico, y en línea con la cuestión energética, Palin apoyó inicialmente el polémico "puente a ninguna parte" ("Bridge to Nowhere") en Ketchikan para luego rectificar y no apoyarlo, debido al coste final del puente, que subía de 223 millones de dólares iniciales hasta 400 millones. Dicha subida le hizo, afortunadamente, reconsiderar su decisión y acabar con ese proyecto que estaba destinado a fracasar. En el campo energético, Palin ha estado siempre a favor de la exploración y perforación de petróleo, la construcción de refinerías, de plantas nucleares y de todas las fórmulas innovadoras de adquisición de nuevas energías. En particular, apostó siempre por el gas natural -tan abundante en Alaska-. A su favor cuenta también su posición escéptica ante el cacareado "calentamiento global", que Palin entiende como mero hecho natural cíclico y nunca como efecto producido por el hombre. Por eso, Palin -que conoce bien su tierra de Alaska- vio siempre como demagógica la protección del oso polar como supuesta especie en extinción y se opuso a ella al juzgarlo como una excusa más para evitar la perforación petrolífera en Alaska.
Junto a sus posiciones como conservadora en materia fiscal, Sarah Palin también fue como gobernadora una conservadora social, en especial en su defensa del derecho constitucional de todo ciudadano norteamericano a portar armas; conocida es también su permanente defensa de la vida y su oposición al aborto y a la eutanasia. En este sentido, también se opuso a la financiación a la investigación con células madre cuando ello supusiera la destrucción de embriones humanos. En otras áreas, como la educativa, Palin estuvo siempre como gobernadora a favor de la libre elección de colegios por parte de las familias, incluyendo su apoyo al cheque escolar.
En cuanto al tema de la salud, su postura ha sido siempre la ligada al libre mercado donde el Gran Gobierno no debe intervenir, sino dejar que cada ciudadano y cada familia opten por el plan de salud que más les convenga. Mediante la liberalización de planes de salud y las regulaciones impuestas por los gobiernos federales y estatales, Palin considera que resulta más fácil obtener la cobertura médica. En esta cuestión, además, Palin entiende que cada ciudadano debe ser responsable de su propia salud. En el ámbito social, no se escondió nunca a la hora de juzgar el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer, sin que eso sea óbice para que cada cual viva su vida como desee, pero sin variar esa fórmula universalmente aceptada de lo que es el matrimonio tradicional.
En política exterior y en seguridad nacional es donde Palin ha sido más atacada recientemente. Con todo, como gobernadora, Palin es la comandante en jefe de la Guardia Nacional de Alaska, labor más importante de lo que se ha dicho y cuya misión en Kuwait le hizo también estar al corriente de las cuestiones internacionales en Medio Oriente. Sus opiniones sobre el papel de la OTAN, tergiversadas en estos últimos días por los medios de comunicación -al hilo del asunto de Rusia-, muestran a una política muy consciente de la importancia de seguir apoyando la libertad y la democracia en el mundo. Palin ha mantenido siempre también una opinión clara respecto a la necesidad de acabar con el terrorismo a nivel mundial y el papel de liderazgo que debe asumir Estados Unidos en este y otros temas.
Los años de Sarah Palin como gobernadora están plagados de éxitos y de notable apoyo popular. El intento de la campaña de Obama por atacarla, amparado por el circo de la progresía mediática, pasa por cuestionar su "experiencia ejecutiva". Una mirada a su trayectoria política prueba que Palin tiene más experiencia ejecutiva como alcaldesa y como gobernadora que Barack Obama y Joe Biden juntos. ¿Cuál es la experiencia ejecutiva de Obama? Ninguna. ¿Y la de Biden? Tampoco ninguna. Y puestos a mirar decisiones importantes, mientras Sarah Palin -como John McCain- apoyaron al general David Petraeus hace unos meses, tanto Obama como Biden aseguraron que la guerra en Irak estaba perdida y votaron en contra de la escalada de tropas en Irak. Hoy sabemos quién acertó y quién se equivocó; también sabemos ya que Sarah Palin tiene a algunos demasiado nerviosos… por eso se tergiversa lo hecho por ella en Alaska.