El caos ha cundido ya entre los dirigentes del Comité Nacional Demócrata (DNC), con Howard Dean a la cabeza, respecto al turbio estado de las primarias Demócratas. Tan nerviosos andan ya que el propio Dean ha pedido a los delegados y superdelegados que para el primero de julio se aclaren con la nominación y le den el nombre definitivo del candidato final –Obama o la Clinton- para evitar lío en la Convención de Denver. El nerviosismo no se debe tanto a que juzguen que McCain sea un candidato imbatible (que no lo es), ni tampoco a que las encuestas les sean ahora mismo desfavorables. Los nervios proceden de la cada vez más visible y caótica división entre los grupos internos de poder de la maquinaria Demócrata. Varios de sus políticos más conocidos –como el senador Patrick Leahy- ya han pedido públicamente a la Clinton que se retire de la carrera presidencial. La dama se niega y echa al ruedo a su rescate hasta a su hija Chelsea Clinton.
A los Demócratas les faltan todavía diez contiendas electorales y les queda por resolver lo que harán con los votos de Florida y Michigan ganados por Hillary. Pero más allá de los debates de poder internos entre los Demócratas, lo que sigue llamando poderosamente la atención es el lamentable espectáculo perpetuado por la segunda parte de la saga de reverendos y pastorcillos racistas. Tras el caso del pastor de Obama, y como la Clinton no podía ser menos que su oponente, a Hillary le ha salido ahora el apoyo de otro pastor racista de nombre James David Manning. Este pastorcillo -no venido de Belén, sino del barrio neoyorquino de Harlem y de la
Atlah World Missionary Church- se dedica a sermonear sobre el asunto racial llamando a Obama de todo menos bonito, como se observa en
este vídeo. Además de acusar a Obama de haber nacido pura basura humana no esconde su apoyo a la Clinton y sigue defendiendo sus insultos en posteriores
entrevistas.
Para ampliar los episodios en esta telecomedia Demócrata de pastorcillos, y como Obama tampoco podía ser menos en esto de la actualidad, estos días pasados salió Obama con la patraña de que
tenía decidido dejar la iglesia de no haberse jubilado su pastor, el Reverendo Jeremiah Wright (sí, el pastor racista del que dimos cuenta aquí días atrás). Las de Obama son falsas excusas. Falsas, tardías y peores aún cuando justo en estos días pasados también, el periodista Jeff Goldblatt publicó unas
informaciones contrastadas con documentos públicos que prueban que el tal Reverendo Wright pasará el resto de su vida en cómoda jubilación y en una casa de lujo dentro de una urbanización privada en Chicago. El precio de la casa del supuesto humilde pastorcillo y devoto guía espiritual de Obama supera el millón y medio de dólares. Esto hace el Reverendo Wright, el mismo que se pasó una vida entera contándole al rebaño progre de su iglesia (y de ahí lo aprendió Obama y su esposa Michelle) de la imperante necesidad de evitar el clasismo que genera el capitalismo norteamericano: creación de los malvados hombres ricos y anglos.
En esta nueva entrega de la telecomedia Demócrata de pastorcillos, no cabe duda de que estos honestos y limpios Demócratas están haciendo un equipo ganador. No extraña que Howard Dean se tire de los pelos mirando a la Convención...