Colabora


Democracia en América

La democracia kafkiana

Regresamos al tema de las primarias en Estados Unidos porque están resultando ser buenos ejemplos de algunas de las paradojas que presentan no sólo el sistema de primarias sino el sistema democrático en general. Esta noche se celebran primarias en los estados de Oregon y Kentucky, y a pesar de que Hillary lleva una gran ventaja en este estado y puede incluso vencer en aquél, sólo un milagro evitará que Obama se lleve la nominación de su partido. Se produce por tanto el espectáculo casi kafkiano de varios millones de votantes que acuden a las urnas, de cientos de periodistas y analistas que cubrirán el proceso durante más de seis horas, de los especiales en CNN y Fox y MSNBC, de los titulares de mañana del New York Times y el Washington Post y el Wall Street Journal... todo para unas elecciones que no parecen tener ninguna importancia. Ya vimos lo que sucedió hace una semana con las primarias de West Virginia; al día siguiente de que Hillary venciera por el margen más amplio de todo el proceso de las primarias, salieron John Stewart y los paripés del Daily Show presentando a los votantes de aquel estado como unos racistas furibundos. Gran parte de los medios progres siguieron el ejemplo y pintaron la victoria de Hillary como una victoria del racismo de los habitantes de zonas rurales. Claro, tan amargados ellos, ¿cómo no iban a identificarse con alguien que lleva toda su vida preparándose para ser presidenta y que ve al final cómo le derrota un don nadie fotogénico?

Todo esto se enmarca en un proceso que empezó más o menos en las primarias de Ohio y Texas, cuando la victoria de Hillary en dos de los estados más poblados de Estados Unidos (y con mayor número de votos en el colegio electoral) se presentó no tanto como un golpe importante sino como un ligerísimo contratiempo en la marcha triunfal del bebé mesiánico de Illinois hasta la Casa Blanca. Fue allí que se marcó una pauta que se ha venido siguiendo a rajatabla: si gana Obama, es señal de que está arrasando a Hillary; si gana la Clinton, es señal de que en Estados Unidos siguen existiendo zonas racistas y atrasadas, que sin embargo no lograrán detener el cambio milagroso que se avecina.

Los votantes de Kentucky y Oregon que acuden a las urnas se encuentran en la misma paradoja en que se ve toda persona que ejerce su derecho al voto: la paradoja de que un solo voto no puede cambiar el signo de unas elecciones. Pero su situación se vuelve aún más esperpéntica cuando las elecciones mismas no importan: su resultado ya ha sido precedido por estudios y encuestas, sus consecuencias determinadas por periodistas y expertos como un nimio ejercicio político, un referéndum inconsecuente, una forma de llenar los informativos de las siete.

En todo esto, el papel de los superdelegados ha sido bastante interesante. Al principio estaban dedicados a la Clinton, dispuestos a darle todo el respaldo que necesitara para llegar a la Casa Blanca. Entonces Obama encadenó nueve victorias seguidas y sus partidarios salieron en todas las cadenas de television advirtiendo de las graves consecuencias que tendría que los altos dignatarios del partido no escucharan la voz de la calle. Y tanto les acomplejó a los superdelegados que les acusaran de elitistas y autoritarios, tanto les dolió a los antiguos alumnos de las Ivy Leagues que les dijeran que estaban desoyendo la "voz popular," que han acabado volcándose a favor de Obama. Tanto, que han silenciado a la voz popular del otro lado, la que les ha demostrado en Texas, en Ohio, en Pennsylvania, en Indiana, en West Virginia y quizás en Kentucky que Hillary podría ser mejor candidata para las generales. Todo esto resulta particularmente irónico ya que los superdelegados están donde están para asegurarse de que el partido Demócrata elija al mejor candidato posible y no solamente al que mejor resultado obtenga en las primarias. Pero todo esto es ya cosa del pasado: ahora sólo queda la inevitabilidad de Obama, y la inevitabilidad de la victoria del talante y el cambio generacional o la victoria del racismo y el inmovilismo de... pues de Kentucky, por ejemplo.

Lo más popular

  1. Muface, en su peor crisis: el desorbitado salario que cobra su directora
  2. Marlaska no "normaliza" el área antiviolencia machista de la Guardia Civil y la parchea vaciando otros destinos
  3. La bajada del PSOE y la imparable subida de Vox colocan a la derecha en máximos, pese a que el PP cae
  4. Federico Jiménez Losantos: 'Veinticinco años de Libertad... y los que vendrán'
  5. Correos establece una jornada laboral 'dorada' para sus trabajadores

Ver los comentarios Ocultar los comentarios

Portada

Suscríbete a nuestro boletín diario