Hillary, Obama o el veneno de la progresía
Geraldine Ferraro fue en 1984 candidata por el Partido Demócrata a la vicepresidencia de los EEUU. Aunque entonces no lo reconoció, el paso de los años le ha hecho reconocer que su candidatura se debió sobre todo a ser mujer. De haber sido “Gerardo” Ferraro y no “Geraldine” –afirma la misma ex-congresista- jamás hubiera estado en el ticket de Walter Mondale, el mismo que luego perdió estrepitosamente contra Reagan-Bush. Lo de la Ferraro viene a colación porque esta mujer ha sido una de las más fieles colaboradoras de la candidatura de Hillary Clinton. Pero ésta, sin embargo, no ha tenido empacho alguno en tirar a su asesora Ferraro a la vía del tren en cuanto le ha convenido y por aquello de lo políticamente correcto cuando se trata de asuntos raciales en este país y en esta dichosa campaña.
Resulta que la Ferraro afirmó esta semana al diario Daily Breeze de California que el éxito de Obama en la carrera presidencial se debía sobre todo a su raza negra. A la mujer le han llovido insultos por racista y aun amenazas desde la campaña de Obama. La Ferraro, indignada, respondió acusando a los del entorno de Obama de sacar fuera de contexto sus declaraciones para seguir fomentando las tensiones raciales justo un día después de que Obama ganara las primarias Demócratas de Mississipi, precisamente con un apoyo masivo de la comunidad negra. La Clinton se ha desmarcado de su asesora y ha dicho que no estaba de acuerdo con los comentarios de su amiga, lo que ha llevado a la Ferraro a largarse de su puesto en la campaña de Hillary.
Ferraro podía haber refinado la forma, pero no el fondo de lo que dijo. Porque acierta plenamente al valorar a Obama, más allá de lo que se piense y a la luz del verdadero récord legislativo del senador de Illinois. Otra cosa es que en el Partido Demócrata haya muchos que -en honor al pasado esclavista de su partido- no tengan muchas ganas de ver a un negro en la Casa Blanca... Pero lo que con honestidad ha dicho la Ferraro es, por cierto, parte de las tesis del citado libro de Shelby Steele, al que ya aludimos en otra entrada aquí y respecto a su libro sobre Obama, A Bound Man. Los comentarios de Ferraro, pues, no son racistas, pero al mimado senador Obama no le gusta que digan nada de él: ni que lo califiquen como el senador más progresista, ni que pronuncien su segundo nombre -“Hussein”-, ni tampoco que hablen de su religión, ni de su mentor, ni de su pasado...
Ferraro es de las pocas figuras políticas que realmente llevaba cuarenta años luchando contra la discriminación, pero en la insensatez de su partido, bebe ahora del mismo veneno que lanza permanentemente la hipocresía del Partido Demócrata. Bebe del veneno de unas políticas fallidas e injustas en materia de “acción afirmativa” y otros inventos que -a estas alturas- no hacen sino discriminar más, pero a la inversa, como bien explica en ejemplar artículo George Newmayr. La Ferraro, en fin, bebe ahora del mismo veneno que sufren los políticos conservadores y republicanos, siempre tachados desde la progresía de racistas, homófobos, machistas, corruptos... El caso de Geraldine Ferraro ejemplifica la farsa de lo que son las campañas de políticos cobardes y oportunistas también en este país. Clinton y Obama - Obama y Clinton son en esto la esencia del veneno de la progresía.
Ferraro es de las pocas figuras políticas que realmente llevaba cuarenta años luchando contra la discriminación, pero en la insensatez de su partido, bebe ahora del mismo veneno que lanza permanentemente la hipocresía del Partido Demócrata. Bebe del veneno de unas políticas fallidas e injustas en materia de “acción afirmativa” y otros inventos que -a estas alturas- no hacen sino discriminar más, pero a la inversa, como bien explica en ejemplar artículo George Newmayr. La Ferraro, en fin, bebe ahora del mismo veneno que sufren los políticos conservadores y republicanos, siempre tachados desde la progresía de racistas, homófobos, machistas, corruptos... El caso de Geraldine Ferraro ejemplifica la farsa de lo que son las campañas de políticos cobardes y oportunistas también en este país. Clinton y Obama - Obama y Clinton son en esto la esencia del veneno de la progresía.
Prof. Acereda, Lo que se recoge en las delcaraciones de Ferraro -como bien dice- son los frutos de las siniestras políticas de discriminación positiva que no han hecho otra cosa que reflejarse en tensiones raciales (y en menor medida de género), como ha explicado perfectamente Thomas Sowell en varios de sus libros, y no con meras hipótesis, sino con datos de diferentes países a lo largo y ancho del planeta. Lo que para mí es inconcebible es que muy pocos políticos de Europa, y más concretamente aquí en el Reino Unido, no vean o no quieran ver lo dañinas que son ese tipo de medidas. Por cierto, menuda semanita que ha pasado la señora Clinton entre las declaraciones de Ferraro y el affaire Spitzer -gran entrada "Hillary Clinton, imán de adúlteros"- que reconozco que a mí me tiene entusiasmado. Un saludo desde la Pérfida Albión. Fernando García. PD. Le tengo que pedir disculpas D. Alberto porque hace tiempo que le debo varios emails. Ya le contaré cómo van las cosas por Inglaterra.
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Aquí dejo un vídeo con Geraldine Ferraro.Por cierto, la periodistas de laFOX son algo feíllas, podrían elegir a otras más fotogénicas, no? Alguien debería preguntarle a Geraldine:"Estaría usted en la posición que está, si no fuera mujer?". El jueguecito de la discriminación positiva es lo que trae.Que dejan a las mujeres o las minorías bajo sospecha. http://www.youtube.com/watch?v=OLI0kOEFyfQ
Recuerdo bien a Geraldine Ferraro. Vivía en EEUU cuando la campaña de Reagan/ Mondale. ‘Siempre vendrá otro que malo te hará’, se podría recordar respecto al boomerang de los estereotipos a los que tan aficionados son los demócratas contra los republicanos. Se ve que había quien aprendía la técnica desde la sombra. Quien sabe, tal vez un día un demócrata negro le afee a otro su origen africano generando una polémica y recibiendo mil censuras. Será el día en que un bosquimano analfabeto pueda aspirar a la presidencia mientras los medios lo aclaman y callan su déficits. Todo llegará.