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Democracia en América

De Vices

En fin, menuda semana hemos tenido. Primero la elección de Biden, luego una convención Demócrata digna de telenovela (el National Enquirer ya ha sacado una portada con los rostros de Hillary y Michelle Obama con el titular "THEY HATE EACH OTHER!"), y ahora la elección de Sarah Palin. Tras un verano anestesiado por las Olimpiadas (aunque con la crisis de Osetia como recordatorio del mundo en que vivimos), la campaña electoral más interesante de los últimos tiempos en Estados Unidos regresa a los titulares, y promete no aflojar hasta el cuatro de noviembre.

A bote pronto se presentan un par de consideraciones a propósito de las elecciones de Biden y Palin como posibles vices. En ambos casos, los titulares del "ticket" han intentado apuntalar los puntos flacos que durante el último par de meses habían estado atacando sus rivales: en el caso de Obama, la experiencia tanto en política nacional como internacional, y la imagen de "normalidad" que le falta a su candidatura. Biden, en teoría, servirá como recordatorio de que Obama no se presenta por sí solo a las elecciones sino que es simplemente el candidato del Partido Demócrata. El bebé mesiánico de Illinois intenta de esta manera dejar atrás (por un rato) la imagen de "celebrity" que puede muy bien costarle las elecciones. Unas elecciones, debemos recordar, que hace un año cualquier candidato Demócrata hubiera podido ganar holgadamente.

La elección de Palin por parte de McCain también cubre varios puntos débiles de la candidatura del senador de Arizona. Por una parte, su impecable historia familiar (un hijo que se alistó tras el 11-S para servir a su país y que pronto irá a Irak, otro hijo con síndrome de Down porque ella se negó a abortar, marido e hijas de buen ver, afiliada a la NRA durante toda su vida... y seguro que se me olvida algo) ya le ha ganado la simpatía de las bases republicanas, que todavía no acaban de ver a McCain como uno de los suyos. Pero probablemente lo que más aporta Palin a la candidatura de McCain es su juventud y su historial "anti-establishment." En su discurso de ayer se hartó de decir que era hora de cambiar las cosas en Washington y demás frases del tipo que se podían escuchar en Denver escasas horas antes. El caso es que con ella, McCain logra reforzar su imagen de rebelde, de innovador, y contrarrestar el argumento que más han usado los Demócratas en su contra, esto es, que no es más que un clon de Bush.

Pero si bien Obama y McCain han escogido vice siguiendo el mismo criterio (contrarrestar los ataques que el enemigo ha estado lanzando hasta ahora), existe una diferencia importante entre sus estrategias. Obama ha elegido a alguien que a corto plazo no le aporta nada, pero que a la larga puede serle utilísimo. Las encuestas no se movieron ni lo más mínimo tras saberse la designación de Biden como vice del bebé mesiánico, lo cual por otra parte es comprensible ya que no es un líder carismático ni proviene de un estado importante. Pero es un valor seguro, un perro de presa en quien se puede confiar cuando llegue la hora de los debates televisados. Palin, por el contrario, es una apuesta brillantísima a corto plazo pero una incógnita a la larga. McCain ha conseguido de golpe que la gente haya dejado de hablar del discurso de Obama y que la convención Republicana de la semana que viene vaya a gozar de tanta o mayor audiencia que la Demócrata, además de poder colgarse el cartel de "candidatura histórica". Pero... ¿hay alguien que pueda apostar por esta mujer en un debate televisado ante la nación entera? Si ya parecía nerviosa hoy, ¿aguantará el tipo ante un político astuto y avezado como Biden? Como ya han comentado muy acertadamente algunos de nuestros lectores, el caso de Rajoy y Pizarro demuestra que por muy ideal que sea el perfil de un "número dos", éste pierde toda su efectividad si no puede ganar debates. No basta con tener las ideas claras (más claras que las de Pizarro...). Cierto, puede que Palin se revele como un animal político del primer rango y devore a Biden en el debate de dentro de un mes. Pero en unas elecciones tan importantes y tan inciertas McCain cometería un grave error si menospreciara la importancia que tendrán los debates entre ambos candidatos a la vicepresidencia. Es más, al escoger a alguien que es noticia y por el cual el público va a sentir gran interés, McCain ha aumentado automáticamente la audiencia que tendrá el debate entre ambos vices. Con lo cual una derrota de Palin resultaría aún más dañina para su candidatura.

Una última consideración. Con la designación de "vices", ambos partidos han hecho concesiones a los ataques de su rival. Los Demócratas han intentado demostrar que pueden tener tanta experiencia como los Republicanos; éstos intentan demostrar que pueden ser tan novedosos como aquéllos. Es natural que un partido intente emular los puntos fuertes de su enemigo para ganar votos, y ahí tenemos a Bill Clinton, que venció al "invencible" Bush padre haciéndose pasar por un Demócrata de derechas. Pero también tenemos a Kerry, que intentó convencer a la nación de que él sería más duro con Al Qaeda que el bastante vencible Bush hijo.

En todo caso, nos esperan unos meses interesantísimos. Que viva el otoño.

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