Con tremenda precisión y perspicacia, Mahatma Gandhi describió así el proceso de cambiar el paradigma dominante: "Primero te ignoran. Luego se ríen de ti. Después te atacan. Entonces ganas".
La clase dirigente norteamericana llevaba desde finales de los años veinte ignorando las políticas liberales. Incluso sus portavoces más destacados como Friedrich Hayek y Ludwig von Mises pasaron inadvertidos para la inmensa mayoría de académicos, políticos, intelectuales y otros traficantes de ideas. Y mientras algunos apuntarían a Ronald Reagan como el ejemplo del éxito liberal, lo cierto es que realmente cambió poco menos que la retórica.
Reagan subió los impuestos. Reagan aumentó el gasto público. Reagan expandió el tamaño del gobierno (para más información mira aquí). Ahora bien, es posible que Reagan el hombre estuviera en contra de todas estas políticas, pero el sistema de Washington se aseguró de que continuaran con él, igual que con cada presidente.
Por tanto, Reagan es un mito, la repuesta republicana al mito demócrata que es Franklin Roosevelt. Ninguno de los dos hizo lo que ahora sus seguidores les atribuyen. Reagan no abrió las puertas a una revolución liberal y Roosevelt no solucionó la Gran Depresión. Los dos simplemente sirven para justificar el intento de cada partido de incrementar su poder.
Todo esto empezó a cambiar con la campaña del candidato Ron Paul en las primarias de las últimas elecciones presidenciales. Llamó la atención la cantidad millonaria que fue capaz de recaudar. Luego, cuando sus pronósticos sobre la economía y las políticas monetarias y fiscales irresponsables del gobierno demostraron ser ciertas, los medios de comunicación ya no podían ignorar por completo el mensaje liberal. CNN, Fox News y CNBC todavía llaman a Ron Paul casi todas las semanas para pedirle su opinión. Forbes Magazine reserva una columna para los economistas y abogados liberales como Lawrence White, Robert Russell y Richard Epstein.
Pero esto no quiere decir que la clase gobernante les tome muy en serio. Estamos en la fase de reírse de los liberales. Sin embargo, una noticia reciente parece indicar que podemos estar entrando en la tercera fase, la de ser atacados.
El Departamento de la Policía Estatal de Missouri publicó un informe para ayudar a sus miembros a identificar a los terroristas nacionales. Entre las señales de alarma que destaca es que en muchos casos estos terroristas pueden estar afiliados con movimientos políticos liberales, apoyar a Ron Paul y poner adhesivos con su nombre en sus automóviles.
Parece mentira que la policía vincule con el terrorismo una ideología basada en el intercambio voluntario y pacífico. Pero ahí está. Ahora, solamente queda esperar que Gandhi tuviera razón y después de la fase de ataque, el liberalismo gane. A ver.