El Gobierno alemán emprendió este domingo un giro radical en sus políticas ante la invasión de Putin a Ucrania. En una comparecencia en el Bundestag, el canciller alemán, Olaf Scholz, anunció que fortalecería el Ejército alemán para estar preparados ante el "cambio de era" que a su juicio supone esta guerra.
En concreto, Scholz anunció una partida de 100.000 millones de euros y la promesa de invertir anualmente más del dos por ciento del PIB en Defensa, el objetivo, contar con una Bundeswehr "eficiente, de última generación y avanzada" para proteger al país, entre otras amenazas, de la que representa la Rusia de Vladímir Putin. "Mejor equipación, equipos modernos, más personas, eso cuesta mucho dinero", indicó antes de afirmar que "se hará lo que haga falta para garantizar la paz en Europa". Para ello, ha dicho, la Bundeswehr necesita "nuevas y grandes capacidades" por el compromiso ante la OTAN y "por nuestra propia seguridad".
El giro en Alemania también pasa por cambios en su criticada estrategia energética muy dependiente del gas ruso. Scholz anunció una nueva política con visión de futuro para garantizar la seguridad del abastecimiento energético en Alemania y reducir la dependencia energética de terceros.
Entre las novedades están aumentar las reservas de carbón y gas -en este último caso en 2.000 millones de metros cúbicos-, y construir dos terminales de gas natural licuado.
¿Vuelta a la energía nuclear?
Sobre la mesa estaría también extender la vida útil de las centrales nucleares que el Gobierno de Angela Merkel decidió cerrar en su apuesta por las energías renovables. El ministro de Economía, Robert Habeck, ha reconocido este domingo en una entrevista en la ARD que "no rechazaría por motivos ideológicos" esta posibilidad pese a los planes iniciales de cerrar las últimas plantas a finales de año. Habeck pertenece a Los Verdes.
La idea sin embargo no sería tan fácil de llevar a la práctica puesto que ya están en marcha los preparativos para clausurar las plantas y el propio ministro ha señalado en la entrevista que sería imposible que se usaran en el próximo invierno. El sector también ha advertido de las dificultades de dar marcha atrás.
El SPD contra Schroeder
En paralelo, se multiplican las presiones para que el ex canciller socialdemócrata Gerhard Schroeder abandone todos sus vínculos con empresas rusas. Desde su propio partido, dos presidentes regionales han reclamado que corte sus vínculos con los lobbys del gas.
Gerhard #Schröder muss sein Engagement in russischen Energieunternehmen beenden und
damit die Anstrengungen der Bundesregierung unterstützen.Es muss klar sein, dass Putins Verhalten durch nichts zu rechtfertigen ist./1
— Manuela Schwesig (@ManuelaSchwesig) February 26, 2022
Mientras, el líder del SPD, Lars Klingbeil, ha señalado en alusión a Schroeder que "con un agresor, con quien nos lleva a la guerra, no se hacen negocios". También ha señalado que las actividades "nunca son totalmente privadas" cuando se es ex canciller y ha considerado imprescindible que corte todo vínculo con Putin.