El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se enfrenta a otra derrota humillante en el Senado. Su reforma de la Ley de Derechos Electorales ha naufragado debido a la oposición en bloque de los republicanos y a las división dentro de su propio partido, con la oposición de dos senadores demócratas, los mismos que el mes pasado bloquearon el Build Back Better, el plan de ayudas contra la covid-19 y el cambio climático.
La reforma del derecho al voto, un texto que ya fue aprobado en la Cámara Baja, busca garantizar el voto anticipado y el voto por correo, además de establecer que el día de las elecciones sean fiesta nacional, algo que podría aumentar la participación ya que EE.UU. siempre celebra los comicios en un martes laborable de noviembre. También permitiría al Departamento de Justicia supervisar cualquier cambio que se haga a las leyes electorales de los estados que están bajo el control de los republicanos.
Sin embargo, el borrador legislativo no ha prosperado en la Cámara Alta por la ajustada mayoría de los demócratas. Además, para debatir cualquier medida en esta cámara es necesario reunir un mínimo de 60 votos y los republicanos lo han bloqueado, una estrategia que se conoce como filibusterismo u obstruccionismo.
Ante el riesgo de que otra de sus medidas estrella acabase en la papelera, Biden propuso un cambio en las reglas del Senado para que desaparezca esa barrera de los 60 votos. Pero la propuesta no ha salido tampoco adelante por la oposición de dos senadores demócratas díscolos, Joe Manchin (Virgina Occidental) y Kyrsten Sinema (Arizona), que no quieren cambiar las reglas del Senado aunque sí apoyan el proyecto para proteger el derecho al voto.
Esta es la quinta vez que se ha intentado aprobar esta ley en el Senado desde que Biden llegó a la Casa Blanca hace precisamente un año. El presidente se encuentra en un momento crítico y sus medidas estrella están cayendo una detrás de otra debido precisamente a las propias resistencias demócratas. La situación para el partido no puede ser más sombría de cara a las elecciones al Senado del próximo 8 de noviembre de 2022.
Precisamente la semana pasada Biden sufrió un enorme varapalo jurídico después de que el Tribunal Supremo bloquease la orden que obligaba a los trabajadores a vacunarse. Con esta nueva derrota, Biden ha reconocido en Twitter que se siente "profundamente decepcionado" por el fracaso de su gran reforma electoral.
I am profoundly disappointed that the Senate has failed to stand up for our democracy. I am disappointed — but I am not deterred.
We will continue to advance necessary legislation and push for Senate procedural changes that will protect the fundamental right to vote.
— President Biden (@POTUS) January 20, 2022
"Estoy profundamente decepcionado de que el Senado no haya defendido nuestra democracia. Estoy decepcionado, pero no desalentado", manifestó el mandatario. Sin embargo, prometió que seguirá impulsando cambios que permitan proteger el derecho al sufragio en Estados Unidos y volvió a posicionarse a favor de una modificación de las reglas del Senado para restar poder al filibusterismo, algo que se había resistido a pedir hasta hace unos días.