Colabora

Kyle Rittenhouse ha sido absuelto tras matar a dos personas en unos disturbios de 'Black Lives Matter': ¿por qué?

El jurado ha absuelto al joven, que tenía 17 años cuando sucedieron los hechos, por considerar que actuó en defensa propia.

El fiscal del caso apuntó al jurado con el arma descargada de Kyle Rittenhouse durante su alegato, algo que ha sido considerado imprudente | Cordon Press

El 25 de agosto de 2020 parecía que sería otra noche normal en Kenosha, Wisconsin. Como los últimos días, y pese a un toque de queda, manifestantes locales y llegados de otras ciudades protestaban por Jacob Blake, al que disparó la policía ¡siete veces! después de ignorar a los agentes y coger una navaja. Blake sobrevivió, pero en pleno verano de disturbios alentados por el Partido Demócrata con la excusa del racismo, Kenosha se convirtió en una hoguera en la que morirían dos personas, disparadas por un joven de 17 años, Kyle Rittenhouse, que también hirió a una tercera en lo que un jurado ha dictaminado que es legítima defensa. El acusado se derrumbó al escuchar el veredicto:

Aquella noche fue un infierno para Kyle Rittenhouse, que desde entonces está en tratamiento por síndrome de estrés postraumático. Siempre había querido trabajar con las fuerzas del orden. Fue cadete en un programa policía para adolescentes interesados en convertirse en policía. Intentó entrar en los marines. Recibía cursos de primeros auxilios, y los testigos lo recuerdan paseando entre los manifestantes ofreciendo ayuda médica. Eso sí, armado con un rifle "por si acaso". Por una ley mal redactada, tenía derecho a hacerlo, aunque hubiera sido legal si en su lugar hubiera llevado una pistola. El juez Bruce Schroeder desestimó por ello la acusación de posesión ilegal de armas poco antes de que fiscalía y defensa presentaran sus alegatos finales. No fue el único en acudir con un arma de fuego: estaba acompañado por varios voluntarios armados y no eran pocos los manifestantes que también lo estaban. Es de Estados Unidos de lo que estamos hablando, después de todo.

Kyle Rittenhouse no vivía en Kenosha, y mucho se ha escrito sobre qué hacía allí. Pero vivía a menos de media hora en coche, su padre vivía allí, había trabajado allí, su hermana y su novio vivían allí, era el segundo lugar donde más tiempo había pasado en su vida; lo sentía también como suyo. Son distintos estados, sí, pero tanto su ciudad, Antioch, como Kenosha tienen sus límites en la frontera entre Wisconsin e Illinois. Ambas se consideran parte del área metropolitana de Chicago. Tras los destrozos y los coches quemados en las primeras protestas, Rittenhouse acudió a proteger un concesionario de vehículos usados junto al novio de su hermana, Dominic Black, con quien mantenía una relación muy cercana. No fueron los únicos. La policía había dejado parte de la ciudad a su suerte. El estado no envió a la Guardia Nacional. Habiendo dimitido el Gobierno de sus obligaciones, sólo los ciudadanos particulares podían defender la ley y el orden. Pero quienes lo hacían corrían un claro riesgo. Por ejemplo, un hombre de 70 años había sido noqueado por intentarlo la noche anterior:

Lo que ocurrió ese 25 de agosto ha quedado claro a través de testimonios y vídeos, la mayoría de ellos aportados por la propia fiscalía. En un momento dado, Rittenhouse se quedó solo, sin la compañía de ninguno de los mayores que habían acudido con él a la llamada del concesionario para protegerlo de los disturbios. Tenía en sus manos un extintor, con el que pretendía apagar un fuego iniciado por los vándalos. Sintiendo cierta amenaza, lo dejó en el suelo y dijo tres veces "Amistoso" para que entendieran que no quería hacer daño a nadie.

Primeros disparos: muerte de Rosenbaum

En ese momento, según la fiscalía, Rittenhouse apuntó con su rifle a la cabeza de un manifestante llamado Joshua Kiminski. Su única prueba es un vídeo grabado con un dron a mucha distancia y ampliado en el que puede parece que es así, aunque requeriría que el acusado utilizara el rifle con la mano izquierda. Toda la noche, incluyendo otros vídeos que captan esos momentos, lo muestran con el rifle agarrado con la mano derecha. La fiscalía ni siquiera llamó a Kiminski a declarar para corroborarlo. No es de extrañar que el jurado no haya considerado su teoría.

Alguien en la muchedubre gritó: "¡Arma, arma, arma!" y Rittenhouse salió corriendo. Lo siguió Joseph Rosenbaum, de 36 años, una persona con problemas psiquiátricos que había sido condenado por abusos sexuales a menores, y que previamente lo había amenazado de muerte esa noche, según los testigos. Kiminski disparó al aire en ese momento y Rittenhouse se giró para mirar en esa dirección: entonces pudo ver cómo Rosenbaum se lanzaba sobre él gritando "Jódete" y lanzándose hacia el rifle. Rittenhouse disparó cuatro veces en tres cuartos de segundo. Fue la primera víctima mortal.

Segundos disparos: muerte de Huber

En ese momento Kyle Rittenhouse llama a Dominic Black, al que cuenta lo que ha pasado; Black le aconseja que acuda a la policía, que está a unas manzanas de distancia, a explicarlo y entregarse. Empieza a correr hasta ahí, y avanza un par de manzanas, pero es perseguido por varias personas. Él grita que va a la policía. Uno de los perseguidores le contesta "¡A por él!". Lo golpean por detrás varias veces hasta que se derrumba, siendo entonces golpeado por dos personas; una de ellas con los pies y otra con un monopatín. Kyle se protege disparando dos veces contra el primero sin acertarle, pero haciéndole huir; no ha sido identificado oficialmente y, por tanto, no ha testificado. Pero el del monopatín es Anthony Huber, de 26 años. No sólo golpea a Rittenhouse, sino que le intenta quitar el arma, recibiendo un único disparo en el pecho que lo mató. Un tercero, este sí armado, primero levanta los brazos, pero poco después hace el gesto de dirigir su pistola a la cabeza de Rittenhouse y recibe un disparo que le destroza el bíceps.

En ese momento el acusado reanuda su marcha y logra llegar hasta la policía. Gaige Grosskreutz, 27, es la única víctima de aquella noche que ha declarado en el juicio como el testigo estrella de la fiscalía. Tuvo que admitir que el acusado no lo disparó hasta que no lo apuntó con su pistola, algo difícil de negar habida cuenta de las pruebas en vídeo:

La defensa, naturalmente, ha alegado legítima defensa, dado que tenía un miedo "razonable" a que lo mataran o lo hirieran gravemente. La fiscalía alegó que Rittenhouse provocó los altercados y, por tanto, había perdido el derecho a defenderse. Pero mientras que no se presentaron cargos contra el policía que disparó siete veces a Jacob Blake, en este caso ha llegado hasta el final, sufriendo las iras del juez por saltarse algunas de las normas básicas de cómo comportarse en un juicio. Todo con tal de meter a Rittenhouse entre rejas. Un adolescente al que el presidente Joe Biden llamó "supremacista blanco" y al que los gigantes de internet condenaron como "asesino en serie", censurando información y opinión en su favor, y le impidieron hasta pedir dinero para su defensa.

Quinientos guardias nacionales están esperando a ser desplegados en caso de disturbios tras este veredicto. Si hubieran actuado en Kenosha la noche del 25 de agosto de 2020, nada de esto habría ocurrido. Pero los políticos que en Wisconsin, Minnesota y otras muchas ciudades norteamericanas incumplieron con su deber durante ese verano nunca serán juzgados. Queda por ver si tras este veredicto vuelve a haber disturbios y si las autoridades volverán a ser tan laxas y permitirán que Kenosha vuelva a arder.

Ver los comentarios Ocultar los comentarios

Portada

Suscríbete a nuestro boletín diario