Tras más de una semana de intensos disturbios que han cruzado incluso las fronteras de EEUU por la muerte a manos de la policía del afroamericano George Floyd, de 46 años, familiares y amigos le han despedido este jueves con el primero de los tres funerales que se celebrarán por su muerte.
La ciudad de Mineápolis en el estado de Minnesota, despidió 10 días después de su muerte, a George Floyd, mientras los policías implicados se acusaron entre ellos ante un juez, que fijó una fianza de 750.000 para tres de ellos.
Floyd será enterrado el próximo martes en Texas, pero se ha celebrado una ceremonia en Mineápolis, ciudad en la que vivía desde hacía algunos años y en la que murió el lunes de la semana pasada provocando el estallido de las mayores protestas raciales del siglo XXI en Estados Unidos.
"La historia de Floyd es la de todos los afroamericanos de este país —dijo el reverendo Jesse Jackson— ¡Desde hace cuatrocientos años, la razón por la que no hemos podido ser quienes queremos ser y no hemos podido siquiera soñar con quien queremos ser es porque hemos tenido vuestra rodilla sobre nuestro cuello!".
El reverendo argumentó que "lo que le ocurrió a Floyd ocurre cada día en este país, en educación, en la atención sanitaria y en cualquier otra área de la vida", por lo que instó a la comunidad negra a quitarse de una vez por todas la "rodilla" que les presiona el cuello y les impide prosperar.
Se reducen los toques de queda y los disturbios
En la décima jornada de protestas raciales en Estados Unidos, muchas de las ciudades que habían vivido noches de caos, violencia y saqueos, como Washington y Los Ángeles, levantaron los toques de queda que han regido durante días al vivir movilizaciones mayoritariamente pacíficas y sin disturbios.
En Nueva York, sin embargo, con el toque de queda aún vigente, el gran despliegue policial en la ciudad ha permitido dispersar a los manifestantes y detener a todos aquellos que se resistían a dejar la calle en un día en el que el grueso de la protesta ha ido a menos.