El radical Bernie Sanders obtuvo este martes en New Hampshire su primera victoria en las primarias para la candidatura demócrata a la Casa Blanca, aunque la alegría no fue completa porque Pete Buttigieg confirmó sus buenos resultados de Iowa y ambos se llevaron el mismo número de delegados.
Sanders recibió un 26% de los votos (unos 71.400), mientras que Buttigieg un 24,4% (67.000). Por detrás la senadora Amy Klobuchar con un 19,7%, la también senadora Elizabeth Warren con un 9,4% y el exvicepresidente Joe Biden con el 8,4%.
Sanders quiere "transformar Estados Unidos"
En los cuarteles de Sanders en Manchester, centenares de personas seguían a través de la cadena CNN el ajustado recuento. Solo 5.000 votos separaban a los dos candidatos y todo el mundo temía un escenario de empate técnico parecido al de Iowa, cuando Buttigieg se declaró ganador sin conocer el resultado.
Los temores terminaron a las 22:42 hora local. La CNN anunció que Buttigieg estaba a punto de dirigirse a sus seguidores y en los cuarteles de Sanders estallaron de alegría: iba a reconocer su derrota.
No escucharon el discurso porque lo que sonaba por los altavoces en ese momento era música y no la televisión, pero eso no les impidió abuchear al que se ha convertido en candidato más odiado para los seguidores de Sanders y corearle "Wall Street Pete".
Si lo hubiesen escuchado seguramente se habrían enfadado más. Sin citar a Sanders, Buttigieg dijo que "los estadounidenses vulnerables no pueden darse el lujo de reivindicar una ideología pura en lugar de una victoria inclusiva".
Sanders no esperó a que Buttigieg terminase de hablar para salir a celebrar su victoria. La locura al verlo duró varios minutos, hasta que pudo hablar y devolverle el dardo al exalcalde de South Bend: "En estas elecciones no solo vamos a por los multimillonarios, vamos a por los candidatos financiados por los multimillonarios". "Nuestra campaña no va solo de ganar a Trump, va de transformar Estados Unidos", sentenció.
Biden y Warren: por debajo del 10%
Warren y Biden, a los que hace algunas semanas las encuestas situaban como los rivales a batir en esta contienda, quedaron relegados a la cuarta y quinta posición en New Hampshire, por detrás de Amy Klobuchar y con menos de un 10 % cada uno.
La senadora, que en Iowa también fue tercera, alertó que los candidatos que encabezan la contienda –Sanders y Buttigieg– están dividiendo las bases demócratas, un peligro de cara a derrotar a Trump en noviembre: "Las tácticas hostiles pueden funcionar si estás dispuesto a incendiar el partido". "No podemos permitirnos caer en facciones. No podemos permitirnos desperdiciar nuestro poder colectivo. Ganaremos cuando nos unamos", defendió.
Biden, por su parte, ni siquiera dio la cara en New Hampshire ya que avecinando la humillación, abandonó el estado esta mañana rumbo a Carolina del Sur, donde es decisivo el voto afroamericano, en el que confía por haber sido el vicepresidente de Barack Obama. "Esto no ha terminado, apenas estamos empezando", dijo Biden en un acto desde Carolina del Sur.
Primeras bajas
El emprendedor Andrew Yang, que había prometido 1.000 dólares al mes para cada estadounidense si ganaba las elecciones, anunció el fin de su campaña tras cosechar apenas un 2,8 % en New Hampshire, poco más de 7.800 votos.
"Soy un hombre de números. En la mayoría de estos estados (que vienen), no voy a estar en el umbral para tener delegados, por lo que quedarse (en campaña) no es necesariamente útil o productivo", dijo en declaraciones a The Washington Post.
También se retiró el senador Michael Bennet tras recibir apenas unos pocos centenares de votos, por lo que la contienda demócrata quedó reducida esta noche de 11 a 9 candidatos, que se volverán a ver las caras el 22 de febrero en Nevada.