La primera cumbre bilateral entre los presidentes Vladimir Putin, de la Federación Rusa, y Donald Trump, de Estados Unidos, celebrada el pasado 16 de julio, mantuvo pendiente a los principales mercados financieros por las posibles consecuencias geopolíticas, pero finalmente las bolsas mundiales cerraron con escaso movimiento. El índice Dow Jones subió un tímido 0,18%, S&P500 registraba una ligera caída (-0,1%) y el Ibex 35 finalizaba la semana del 20 de julio atascado en los 9.700 puntos a raíz de las tensiones comerciales entre EEUU y China.
La denominada Cumbre de Helsinki, donde se abordaron cuestiones como la cooperación con Siria, la supuesta injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales de 2016, Ucrania o los ciberataques, no derivó en grandes movimientos en el precio de los activos y aunque los mercados estaban pendientes del encuentro, el cruce de amables palabras por parte de los mandatarios dejó sin efecto la cumbre y los principales índices bursátiles mundiales se mantuvieron a la espera de la presentación de resultados de entidades bancarias y compañías como Netflix, que había registrado grandes caídas en bolsa tras publicar sus cuentas.
Unos días después del encuentro con Putin, Trump destacó en un tweet que "la Cumbre con Rusia fue un gran éxito, excepto para el verdadero enemigo del pueblo, los Medios de Noticias Falsas. Estoy deseando (celebrar) nuestro segundo encuentro de modo que podamos empezar a implementar algunas de las muchas cosas discutidas". Una segunda reunión que cuenta con plena aprobación por parte del Pentágono, según resaltó el Secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis, el pasado 26 de julio. El responsable de la cartera de Defensa sostuvo en un encuentro informal con periodistas que este tipo de reuniones son un ejemplo "de la diplomacia en acción", según recoge Efe.
Frenar la alianza de Rusia con China
Uno de los objetivos de la Cumbre de Helsinki era debilitar la alianza que mantiene Rusia con China, según sostiene el eurodiputado español Javier Couso. A principios del mes de julio, Estados Unidos imponía aranceles por 34.000 millones de dólares a China, una medida que fue contestada por Pekín aplicando el mismo valor a las importaciones estadounidenses. Por si fuera poco, hace escasamente una semana Trump declaraba que estaba dispuesto a aplicar aranceles sobre las importaciones chinas por un valor de 500 mil millones de dólares adicionales, una acción que podría agravar la disputa comercial con la nación asiática, además de un desplome de los mercados financieros.
Unos días antes de las declaraciones de Trump sobre las futuras acciones contra China, la Unión Europea (UE) y China acordaban la reforma de la Organización Mundial de Comercio (OMC) para defender el sistema multilateral de comercio y evitar las medidas unilaterales impuestas por Estados Unidos. La Cumbre de Pekín se saldó con la promesa de reducción de aranceles para Europa, según señaló el primer ministro chino, Li Keqiang, pero las tensiones comerciales con la UE, a la que Trump llegó a calificar de "enemiga", se han amortiguado tras la reciente reunión de Jean-Claude Juncker, el presidente de la Comisión Europea (CE), con Donald Trump.
Una comparecencia informal en la Casa Blanca entre Juncker y Trump hace escasamente unos días logró frenar el temor a una guerra comercial acrecentada en los últimos meses y que podría hacer estragos en los principales mercados bursátiles del mundo. El encuentro borró los posibles aranceles "adicionales" con los que amenazaba Trump, como por ejemplo el 20% anunciado sobre los automóviles europeos.
El encuentro entre el presidente de la CE y el mandatario estadounidense se saldó con un sonado beso de Juncker a Trump, con la consiguiente tranquilidad en los mercados financieros, cuyos índices bursátiles experimentaron notables ganancias tras el encuentro, como el Dow Jones (0,68%) o el Nasdaq (+1,17%), que logró batir récords en Wall Street.