A falta de un día para que los estadounidenses acudan a las urnas para elegir a su nuevo presidente, este lunes se han publicado nuevos sondeos que dan a la candidata demócrata, Hillary Clinton, una ventaja de entre 3 y 6 puntos sobre su rival, el republicano Donald Trump.
De acuerdo con el sondeo de Selzer&Co para Bloomberg, Clinton obtendría el 44 por ciento de los votos, mientras que Trump se haría con el 41 por ciento. Por su parte, el candidato libertario, Gary Johnson, obtendría el 4 por ciento y la candidata del Partido Verde, Jill Stein, el 2 por ciento.
Un segundo sondeo, publicado por la cadena ABC y el diario Washington Post sitúa a la antigua primera dama con un 47 por ciento, mientras que el magnate se queda en el 43 por ciento. En este caso, Johnson y Stein lograrían el mismo resultado que en la encuesta anterior, el 4 y el 2 por ciento respectivamente.
Trump tiene una ventaja de 16 puntos con respecto a Clinton entre los votantes blancos –53 frente al 37 por ciento–, mientras que la antigua secretaria de Estado obtiene su respaldo mayoritariamente de los afroamericanos –89 frente 7 por ciento– y entre los hispanos –71 frente al 19 por ciento–.
Por otra parte, los dos candidatos siguen siendo los más impopulares desde que ambos medios comenzaron a realizar sus encuestas en 1984. Así, el 60 por ciento de los probables votantes ven de forma desfavorable a Trump y el 56 por ciento opinan lo mismo de Clinton.
La impopularidad de ambos explica el hecho de que el 51 por ciento de quienes dicen que van a votar a Trump lo hagan por no votar a Clinton, frente al 42 de los votantes de la antigua primera dama, que lo hacen porque no quieren votar al empresario. El sondeo, realizado sobre una muestra de 1.763 personas tiene un margen de error de 2,5 puntos porcentuales.
Por su parte, el sondeo de CBS News también otorga a la demócrata una ventaja de cuatro puntos –45 por ciento frente al 41 por ciento–. En este caso, la encuesta se realizó entre el 2 y el 6 de noviembre sobre una muestra de 1.753 personas y tiene un margen de error de 3 puntos porcentuales.
Según este sondeo, el 24 por ciento de los votantes de Trump dicen que lo apoyan porque no les gusta el resto de candidatos, mientras que esta cifra es del 20 por ciento entre los votantes de Clinton.
La última encuesta publicada por la cadena Fox News también da a la candidata demócrata una ventaja de cuatro puntos sobre su rival republicano a un día de la cita con las urnas. Según este sondeo, Clinton obtendría el 48 por ciento de los votos y Trump el 44 por ciento, mientras que Johnson se haría con el 3 por ciento y Stein con el 2 por ciento.
El sondeo de la jornada que más ventaja da a Clinton es el publicado por la Universidad de Monmouth, que le sitúa en el 50 por ciento, frente al 44 por ciento para Trump. En su anterior encuesta, publicada el 17 de octubre, la ventaja de la demócrata era de 12 puntos, por lo que ha cedido la mitad de su ventaja desde entonces. El sondeo ha sido realizado sobre una muestra de 802 votantes registrados y tiene un margen de error de 3,6 puntos porcentuales.
Así las cosas, la web FiveThirtyEight, especializada en hacer pronósticos electorales, augura que Clinton tiene un 67,6 por ciento de posibilidades de alzarse con la victoria este martes, frente al 32,3 por ciento para Trump.
Impopularidad récord
Así, el sucesor de Obama será uno de los dos candidatos más impopulares entre los que los estadounidenses han tenido que elegir en su historia. Esto puede empujar a los electores por quedarse en casa o incluso optar por dar su voto a los candidatos minoritarios.
Lo que muchos creían que iba a ser un camino de rosas de Clinton hacia la Casa Blanca ha resultado ser un camino plagado de obstáculos. La antigua primera dama tuvo que pelear más de lo esperado para obtener la candidatura demócrata ante el senador Bernie Sanders, cuyo respaldo entre los jóvenes –los llamados millenials– le permitió aguantar con opciones hasta bien entrado el proceso de primarias.
Por su parte Trump, que muchos confiaban en que rebajaría el tono una vez designado, ha mantenido su carácter de confrontación con distintos sectores de la sociedad y se ha visto salpicado por varios escándalos, el último de ellos, la publicación de un vídeo de 2005 en el que hacía comentarios obscenos y denigrantes sobre las mujeres.
Aunque el vídeo generó una oleada de críticas, incluso entre algunos miembros del Partido Republicano que llegaron a retirarle su apoyo, y se produjo antes del segundo debate contra Clinton, no fue la puntilla a un candidato que ha sido denostado por buena parte del establishment republicano aunque finalmente se han visto obligados a respaldarlo ante sus arrolladores resultados en las primarias.
De hecho, la caída momentánea experimentada por el magnate en los sondeos en los días posteriores pronto comenzó a recuperarse y entonces saltó una nueva sorpresa: el 28 de octubre el director del FBI, James Comey, anunció que su departamento iba a investigar una nueva batería de emails enviados por Clinton durante su etapa al frente del Departamento de Estado, a pesar de que en septiembre rechazó presentar cargos contra ella.
La noticia cayó como una bomba a menos de dos semanas para las elecciones, desenterrando el fantasma de los correos de Clinton que la ha perseguido durante toda la campaña y provocando una tromba de críticas hacia Comey, de quien se ha cuestionado incluso su intención de influir en el resultado del 8 de noviembre al hacer el anuncio y por la falta de base en la que sustentar la investigación. Todo ello para indicar este domingo nuevamente que no hay base para imputar a la antigua primera dama.
Efecto Comey
Lo cierto es que se ha producido lo que se ha denominado efecto Comey y Clinton ha cedido algo de terreno frente a su rival, aunque hay quien considera que en realidad Trump venía ya en línea ascendente. No obstante, tras un fin de semana aciago, los últimos sondeos publicados este lunes la sitúan con entre 3 y 6 puntos de ventaja sobre su rival.
Sea como sea, la brecha entre la antigua primera dama y el magnate se ha reducido y con ello han aumentado las opciones del segundo, para quien la Casa Blanca era en un principio un objetivo nebuloso al final del camino.
Charlie Cook, editor de Cook Political Report, una web especializada, dice que su "corazonada es que es demasiado tarde para Donald Trump". "El jurado había deliberado largo y tendido y estaba llenando la sala para emitir su veredicto cuando se conoció la noticia", escribe en su blog.
Clinton quiere hacer historia
Por su parte, Clinton aspira a hacer historia por varios motivos. En primer lugar, porque sería la primera presidenta de Estados Unidos, un país en el que la presencia de las mujeres en la política todavía es reducida. En segundo lugar, porque sería la primera vez que una antigua primera dama vuelve a la Casa Blanca, ahora como inquilina principal.
Además, una victoria de Clinton permitiría a los demócratas mantener tres mandatos seguidos la Presidencia, algo que no ocurre desde que en 1945 Harry Truman tomó el relevo a Franklin D. Roosevelt. Asimismo, si la antigua secretaria de Estado gana, las opciones de que los demócratas puedan recuperar el control del Senado, que perdieron en 2014, aumentan, puesto que su vicepresidente, Mike Pence, sería el presidente de la Cámara y solo necesitarían arrebatar cuatro escaños a los republicanos.