El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha calificado este domingo el tiroteo de San Bernardino (California), que causó 14 muertos y 21 heridos el pasado miércoles, como "un acto de terrorismo" dirigido a "matar gente inocente" y lo comparó con el tiroteo en Fort Hood de 2009, unos hechos que hasta ahora su administración se había resistido a calificar como terrorismo.
En el tercer discurso televisado desde el Despacho Oval que realiza desde que llegó a la Casa Blanca, Obama informó a los estadounidenses sobre los últimos detalles de la investigación de la masacre, cuyos autores siguieron el "oscuro camino de la radicalización". "Las víctimas fueron brutalmente asesinadas y heridas por uno de sus compañeros de trabajo y su esposa. Hasta el momento, no tenemos ninguna evidencia de que los asesinos fueran dirigidos por una organización terrorista en el extranjero o que formaran parte de una conspiración más amplia aquí en casa", explicó el presidente.
No obstante, Obama dijo que "está claro" que los dos sospechosos fueron por "el oscuro camino de la radicalización" el cual, afirmó, supone "una interpretación pervertida del islam que llama a la guerra contra Estados Unidos y Occidente". "Así que esto fue un acto de terrorismo diseñado para matar a gente inocente", reiteró el mandatario. El presidente imprimió de solemnidad su discurso al usar el poder simbólico del Despacho Oval como escenario para hablarle al país, algo muy poco habitual en el mandatario.
Obama descartó enviar tropas de su país para combatir sobre el terreno al Estado Islámico en Irak o Siria. "No deberíamos implicarnos una vez más en una guerra sobre el terreno larga y costosa en Irak o Siria, subrayó. "Eso es lo que grupos como el EI quieren. Saben que no nos pueden derrotar en el campo de batalla. Los combatientes del EI fueron parte de la insurgencia que afrontamos en Irak". Así, defendió la "estrategia" actual de EEUU contra el EI, marcada por "ataques aéreos, fuerzas especiales y el trabajo con fuerzas locales que están luchando para recuperar el control de su propio país". "Así es cómo conseguiremos una victoria más sostenible, y no requerirá enviar a una nueva generación de americanos a luchar y morir durante otra década en territorio extranjero", zanjó el mandatario norteamericano.
El presidente insistió en que los yihadistas "sólo representan una pequeña fracción de los más de mil millones de musulmanes en todo el mundo", incluyendo a millones de "patriotas estadounidenses musulmanes que rechazan su ideología de odio". Asimismo, Obama alertó de que, para tener éxito en la lucha contra el EI, es necesario contar con las comunidades musulmanas como "los aliados más fuertes", en lugar de desdeñarlos con "la sospecha y el odio". "Es responsabilidad de todos los estadounidenses rechazar la discriminación, rechazar que haya personas a las que se las trata diferente, porque, si es así, perdemos nuestros valores", afirmó.
Tercer discurso desde el Despacho Oval
Obama sólo ha hecho desde el Despacho Oval otras dos alocuciones formales durante su Presidencia, la última de ellas en el 2010 para anunciar el fin de las operaciones de combate de las tropas de EEUU en Irak. Ni siquiera utilizó este escenario para anunciar la muerte de Ben Laden. El presidente dio el discurso después de la masacre cometida el pasado miércoles en San Bernardino por el estadounidense Syed Farook y su esposa, la paquistaní Tashfeen Malik, que irrumpieron en un centro de ayuda para discapacitados y abrieron fuego en una fiesta que se celebraba con motivo de la Navidad.
El Buró Federal de Investigaciónes (FBI) investiga la radicalización de los autores del tiroteo, mientras que el grupo yihadista Estado Islámico (EI) ha asegurado que los atacantes eran dos de sus seguidores. Fuentes cercanas a la investigación, que fueron citadas el pasado viernes por varios medios estadounidenses, indicaron que Malik había jurado lealtad al líder del EI, Abu Bakr al Bagdadi, en un mensaje en la red social Facebook a través de un perfil falso.
La alocución de Obama se retransmitió en un momento de inquietud pública sobre la amenaza del Estado Islámico en territorio estadounidense tras la matanza de San Bernardino, preocupación que también ha entrado con fuerza en la campaña para las elecciones presidenciales del 2016.
Hasta la fecha, el presidente no ha logrado convencer a la opinión pública de que tiene una estrategia viable para acabar con el Estado Islámico. Según una encuesta publicada hoy por la cadena televisiva CNN, elaborada entre el 27 de noviembre y el 1 de diciembre (antes de la matanza de San Bernardino), el 64 de los estadounidenses desaprueba la política de Obama para luchar contra el EI y el 60 por ciento rechaza su forma de combatir el terrorismo en general.