El presidente de Cuba, Raúl Castro, ha expresado este sábado su "apoyo de manera resuelta y real a la hermana república de Venezuela y al gobierno legítimo de Nicolás Maduro".
El dictador, que cuando tomó la palabra dijo que "ya era hora de que yo hablara aquí" en nombre de Cuba, también apoyó a su colega Nicolás Maduro y dijo que "Venezuela no es ni puede ser una amenaza para la seguridad nacional de una superpotencia como los Estados Unidos, y es positivo que el presidente norteamericano, Barack Obama, lo haya reconocido", añadió Castro durante su intervención ante la VII Cumbre de las Américas que se desarrolla en Panamá.
Ha sucedido en la ronda de intervenciones de la citada cumbre después de que este viernes Castro y Obama estrecharan sus manos en un saludo informal e intercambiaran varias palabras. Un gesto que ha sido calificado de "históricos" por muchos. Antes, se había producido una protesta de los partidarios del régimen castrista contra la disidencia cubana, la delegación oficialista cubana rechazaba la presencia de disidentes en el Foro.
Sucedió el jueves, dentro del mismo Centro de Convenciones Vasco Núñez de Balboa, sede del foro. Los procastristas abandonaron el lugar porque, decían, no podían compartir el mismo espacio que la disidencia cubana, a quienes tacharon de "terroristas".
Este sábado, Castro también ha eximido al mandatario de EEUU, Barack Obama, de la responsabilidad de la política desarrollada por los "10 presidentes" predecesores contra isla y calificó a Obama de hombre "honesto" y le pidió disculpas expresamente por su emotividad en "defensa de la revolución".
Por su parte el líder norteamericano tampoco ahorró elogios para Castro. Dijo que EEUU "no será prisionero del pasado" con Cuba ni con la región. Eso sí, no habló de los prisioneros políticos que pueblan la isla caribeña. Obama sí se mostró convencido de qu esi continúa el diálogo bilateral entre su Gobierno y el de Castro, habrá "progresos" pese "a las diferencias"
Según Obama, "EEUU mira hacia el futuro" y calificó la Cumbre, en la que están presentes los 35 países americanos y por primera vez Cuba, de "momento histórico" y dijo que el acercamiento entre EEUU y Cuba marca un "punto de inflexión" para toda la región.
"La Guerra Fría ya terminó", dijo tajante Obama. "No estoy interesado en disputas que francamente empezaron antes de que yo naciera", apuntó al indicar que lo busca es "resolver problemas" trabajando y cooperando con toda la región.
El "giro" de la política estadounidense hacia Cuba "profundiza" su compromiso con toda la región, según Obama, quien declaró que desde que llegó a la Casa Blanca en 2009 su propuesta ha sido la de mantener una relación de "socios" y de igualdad con el continente.
En su intervención, Obama respondió directamente a las acusaciones del presidente ecuatoriano, Rafael Correa, que minutos antes que él denunció en la plenaria que Estados Unidos "continúa con ilegales intervenciones" en América Latina, y que ha llegado la "hora para la segunda y definitiva independencia" de la región.
Según Correa, el intervencionismo de Washington se revela con acciones como la orden ejecutiva con la que Obama declaró la situación en Venezuela una "amenaza", o con el pedido de funcionarios estadounidenses ante el Congreso de ese país de recursos para "defender la libertad de expresión" en Cuba, Venezuela, Ecuador y Nicaragua.
En respuesta, Obama llegó a decir que en el pasado la política de derechos humanos de EEUU no siempre fue acertada, pero que, hoy por hoy, su país no tiene interés en "inmiscuirse" cuando denuncia determinadas situaciones que no considera justas, sino que lo hace porque considera que es "lo correcto". "No estamos atrapados en la ideología, al menos no yo", remarcó Obama.
No hablaron, pues, de la disidencia cubana que lamentó el jueves el "boicot" de los castristas en el foro. Para los opositores, perseguidos en Cuba, esto demuestra que el Gobierno de la isla ni está preparado para el diálogo ni para que nada cambie. A las puertas de la embajada cubana en Panamá, los procastristas llegaron a agredir a los disidentes que se manifestaban pacíficamente a las puertas el miércoles, un día antes de que empezara la cumbre.
Por parte de EEUU dejaron el asunto al asesor adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes, que expresó su preocupación por la "violencia" contra disidentes cubanos en incidentes ocurridos en Panamá y sostuvo que es "incompatible" con el espíritu de diálogo de la Cumbre de las Américas. Añadía Rhodes que la sociedad civil tiene "un papel fundamental" que desempeñar en esta Cumbre y que el presidente de EEUU, Barack Obama, hablará al respecto en un foro en el que coincidirá con opositores cubanos y venezolanos, entre otros.