Dos agentes resultaron heridos de gravedad esta madrugada en un tiroteo frente al departamento de Policía de Ferguson -Misuri, EEUU-, la ciudad donde el pasado agosto murió el joven negro Michael Brown a manos de un policía blanco.
Según informa Europa Press, los dos oficiales están conscientes y están recibiendo tratamiento en un hospital local, según ha informado el jefe de Policía del condado de Saint Louis, Jon Belmar, en declaraciones a la prensa.
Uno de los policías, de 41 años de edad, está herido en un hombro y el otro, un oficial del Departamento de Policía de Webster Groves de 32 años de edad, ha sido alcanzado en la cara. Los agentes han recibido al menos tres disparos cuando varias decenas de personas, durante una manifestación, han intentado irrumpir en el interior del Departamento de Policía de Ferguson en la medianoche del miércoles al jueves.
Belmar ha contado que los dos policías tienen "heridas muy graves" y están siendo tratados en el hospital Barnes-Jewish, según el diario Saint Louis Post-Dispatch. Belmar ha dicho que no se ha identificado a ningún sospechoso de haber realizado los disparos.
Belmar ha asegurado que los policías eran el objetivo de los disparos y ha explicado que se encontraban en frente de un grupo de manifestantes cuando han sido alcanzados.
Dimite el jefe de Policía
Este suceso se produce horas después de que el jefe de Policía de Ferguson, Thomas Jackson, anunciase su dimisión tras el informe del Departamento de Justicia de Estados Unidos que denuncia un "sesgo racial" en las prácticas policiales en esta localidad de Misuri.
La marcha de Jackson le convierte en el sexto funcionario público de Ferguson que deja su puesto tras la polémica por la muerte de Michael Brown, un joven afroamericano que murió a causa de los disparos de Darren Wilson, un policía blanco de Ferguson, hecho que desató una serie de protestas en la ciudad del medio oeste.
A principios de marzo, un informe del Departamento de Justicia estadounidense acusó a la Policía de Ferguson de actuar basándose en prejuicios raciales, así como de violar repetidamente los derechos constitucionales de ciudadanos. Así, según los documentos policiales desde 2012, el informe alertaba de detenciones sin causas probables y de un uso excesivo de la fuerza.