El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se topó con un hombre que le instó a "no tocar" a su novia cuando este lunes votó por anticipado en Chicago para las elecciones legislativas del 4 de noviembre, según informaron varias televisiones locales y recoge Efe.
Mientras Obama estaba emitiendo su voto en una máquina electrónica en el centro comunitario Martin Luther King Jr. de Chicago, hacía lo mismo, a su lado en otra máquina Aia Cooper. El novio de esta, Mike Jones, se acercó a ambos y le dijo a Obama: "Señor presidente, no toque a mi novia". "Realmente no estaba planeando hacerlo", respondió el político, quien aceptó de buen humor el comentario.
Claramente avergonzada, Cooper se disculpó por el comentario de su novio y después contó a varios periodistas cómo se sintió en ese momento: "No sabía qué decir. Estaba temblando. Y pensé 'Oh, es el presidente. ¿Qué se supone que debo hacer?'".
Una broma
Jones justificó después su actitud: "Todo estaba tan en silencio y todo el mundo estaba haciendo fotos, así que pensé que tenía que decir algo para hacer reír a la gente".
Pero el presidente se tomó el comentario mucho mejor que la avergonzada novia y, después de votar, se acercó a ella para darle un abrazo y un beso en la mejilla. "Dame un beso y le darás a él -Jones- algo de qué hablar. Ahora él está realmente celoso", dijo Obama entre risas.
El mandatario acudió por sorpresa a votar el lunes por la mañana al centro comunitario Martin Luther King Jr., próximo al domicilio donde vivió hasta ser elegido presidente en 2008.
Obama ya votó por anticipado en 2012, y también en ese mismo centro comunitario de Chicago, para las elecciones en las que aspiraba a obtener un segundo mandato. Entonces, se convirtió en el primer presidente estadounidense en ejercer su derecho al voto por anticipado.
La Cámara de Representantes, en juego
Durante su estancia en Chicago el domingo y el lunes, Obama hizo campaña por el gobernador de Illinois, el demócrata Pat Quinn y quien aspira a ser reelegido el 4 de noviembre, y participó en un acto de recaudación de fondos para su partido.
En los comicios del 4 de noviembre, los demócratas se juegan mucho, dado que es muy improbable que recuperen la Cámara de Representantes, en manos republicanas, y está en riesgo la mayoría que ahora tienen en el Senado.