El 33% de los encuestados por la Universidad de Quinnipiac, que no es precisamente una institución que tire a la derecha, nombraron a Obama cuando se les preguntó a quién consideraban el peor presidente desde la II Guerra Mundial, seguido del 28% que mencionó a Bush hijo y el 13% que se acordó de Richard Nixon, que por el escándalo Watergate se convirtió en el único presidente que ha dimitido en la historia del país.
"En los últimos 69 años de historia estadounidense y 12 presidencias, el presidente Barack Obama se encuentra junto con George W. Bush en lo más bajo de popularidad", explicó en un comunicado Tim Malloy, director adjunto del centro de encuestas de la universidad Quinnipiac, en el estado de Connecticut.
Ante la pregunta de quién ha sido el mejor presidente desde 1945, el 35% apuntó al republicano Ronald Reagan (1981-1989), seguido de Bill Clinton (1993-2001) con un 18%, con el 15% el asesinado John Fitzgerald Kennedy (1961-1963), y Obama quedó justo detrás, con un 8% de aprobación. George Bush padre, con un 3%, Jimmy Carter, con el 2 y George Bush hijo junto a Nixon y Gerald Ford, con el 1, cierran la lista.
Si se cuentan solo los votantes demócratas, el 34% se inclina por la presidencia de Clinton, mientras que sendos 18% de preferencia van para Kennedy y Obama. Los republicanos, por su parte, optan en un aplastante 66% por Reagan, dejando en un 6% a George Bush padre y el demócrata John Kennedy.
Al comparar las presidencias de George W. Bush (2002-2009) y la de Obama, el 39% de los encuestados se muestra más favorable al actual presidente, mientras que el 40% se inclina por los años de Bush, una diferencia que entra dentro del margen de error de la encuesta, del 2,6%. El sondeo se realizó entre el 24 y 30 de junio a 1.446 votantes registrados.
Otro revés para la popularidad de Obama es el hecho de que el 45% cree que el país estaría mejor si el republicano Mitt Romney hubiese ganado las elecciones de 2012, mientras que el 38% considera que la situación sería peor. El "cambio" prometido por el actual presidente no parece convencer a los norteamericanos, que se espera que otorguen a los republicanos la mayoría en el Senado en las elecciones de mitad de ciclo que se celebrarán este noviembre.