El presidente de EEUU, Barack Obama, ha advertido de que gobernará a golpe de decreto si el Congreso sigue torpedeando sus iniciativas. Así lo anunció en el discurso del Estado de la Unión, donde también se evidenció que, sin el respaldo del Capitolio, su capacidad de actuar estará seriamente limitada en las medidas anunciadas.
Obama, que ha visto frenadas sus ambiciones por una Cámara Baja de mayoría republicana y hostil, aseguró que 2014 será "un año de acción" y adelantó que siempre que pueda aprobar medidas para reducir la desigualdad que no requieran legislación lo hará.
"Estados Unidos no se detendrá y yo tampoco", afirmó, criticando que los salarios medios estén estancados pese a las ganancias récord de las empresas y Wall Street, además de lamentar que la desigualdad se haya "acentuado" y el ascenso social "paralizado".
Esas "acciones ejecutivas", detalladas en un documento enviado por la Casa Blanca minutos antes de que Obama comenzase a hablar, recibieron una tibia acogida entre analistas y medios. Por ello, tal como había adelantado la Casa Blanca los últimos días, Obama anunció varios decretos, aunque de alcance bastante limitado, para que 2014 sea "un año de acción", y a la vez volvió a pedir el apoyo del Congreso para sacar adelante los principales retos de su agenda, entre ellos la reforma migratoria.
Medidas anunciadas
El presidente detalló que elevará por decreto, a 10,10 dólares la hora, el salario mínimo de algunos trabajadores federales, pero para aumentar el de todos los trabajadores, actualmente en 7,25 dólares, necesita que el Congreso actúe al respecto.
Entre el resto de medidas que presentó y no necesitan el visto bueno del Congreso destacan un acuerdo con grandes compañías de EEUU para que promuevan la contratación de personas que llevan mucho tiempo fuera del mercado laboral y un plan para conectar "con la mejor tecnología" a 20 millones de estudiantes de 15.000 escuelas.
También la puesta en marcha de un programa para ayudar a los estadounidenses a ahorrar para la jubilación, la creación de cuatro nuevos institutos de innovación manufacturera durante este año e incentivos para que camiones de capacidad mediana y pesada funcionen con gas natural u otros combustibles alternativos.
Obama insistió al Congreso en la urgencia de renovar los subsidios a los desempleados de larga duración, que expiraron en diciembre, y propuso extender un beneficio fiscal del que disfrutan las familias de bajos ingresos a las personas que no tienen hijos, una idea bien vista por algunos republicanos y economistas conservadores.
Asimismo, urgió al Congreso a aprobar este año la reforma migratoria, una promesa pendiente desde que llegó a la Casa Blanca, en 2009. "Los republicanos y demócratas del Senado han actuado. Sé que los miembros de ambos partidos en la Cámara de Representantes quieren hacer lo mismo (...) Procedamos a aprobar la reforma este año", apremió el presidente.
Sobre otra de sus promesas pendientes, la de cerrar Guantánamo, Obama dijo que 2014 debe ser el año de su clausura, y pidió al Congreso que actúe para facilitar el traslado de los detenidos que aún quedan en la prisión, ubicada en una base en Cuba y abierta en 2002.
La mención al tema migratorio y la defensa que hizo de su reforma sanitaria, cuya aplicación ha sufrido numerosos problemas y críticas, estuvo entre lo más aplaudido de su intervención.
Obama fue ovacionado, además, cuando dijo que es una "vergüenza" que en el año 2014 las mujeres sigan ganando 77 centavos por cada dólar que recibe un hombre, e insistió en que merecen cobrar "lo mismo" por realizar el mismo trabajo.
La política exterior dominó la segunda parte del discurso y no hubo novedades. Obama repitió que vetará cualquier proyecto de ley que incluya nuevas sanciones a Irán durante el plazo de negociaciones entre el Grupo 5+1 y Teherán, y urgió a "darle una oportunidad de éxito a la diplomacia".