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El 'desliz' de Kerry sobre Siria

La respuesta desafiante del secretario de Estado a una pregunta en rueda de prensa ha cambiado el curso de los acontecimientos.

Este lunes, la rueda de prensa de John Kerry con su homólogo Hague tenía un objetivo claro: continuar sumando apoyos para la intevención en Siria, motivo de la 'gira europea' del secretario de Estado estadounidense. Pero un desliz de Kerry hizo que aquello se convirtiera en una coartada perfecta para que el régimen sirio paralizara la acción militar.

Tras explicar que el ataque en Siria, de producirse sería "increíblemente pequeño" y "muy limitado, muy concreto y de esfuerzo a corto plazo" el jefe de la diplomacia estadounidense dio paso a las preguntas. Uno de los periodistas le preguntó si existía alguna posibilidad de que Damasco evitara el ataque militar. "Seguro que sí, podría entregar todas y cada una de sus armas químicas a la comunidad internacional la semana próxima –entregarlas todas y sin retraso-, pero no lo va a hacer y además no se puede hacer", contestó Kerry, con un evidente tono retórico.

Dicho y hecho. El desliz fue rápidamente aprovechado por Rusia y el régimen de Al Asad. El ministro de Exteriores ruso convocó una rueda de prensa para anunciar que le había pedido a Siria que pusiera su arsenal químico bajo control internacional, para posteriormente destruirlo. El régimen sirio aceptó el reto, y volvió a poner la pelota en el tejado de Estados Unidos.

A las pocas horas, el portavoz del Ejecutivo, Jen Psaki se vio obligado a matizar al Secretario de Estado. Aseguró que la propuesta de Kerry no era tal, y que sólo estaba "siendo retórico sobre la imposibilidad y la improbabilidad de que Asad entregue las armas químicas que ha negado haber utilizado", aseguró. "Lo que quería decir es que no se puede confiar en este brutal dictador con un historial de manipular los hechos", apostilló.

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