Obama tiene una semana para conseguir que la intervención en Siria siga adelante. El próximo lunes el Congreso estadounidense votará la resolución, y será imposible sacarla adelante si no consigue el apoyo de los republicanos.
La tarea de lograr apoyos ha llevado al presidente estadounidense a continuar con su ronda de contactos incluso en el día del Trabajo en Estados Unidos. Este lunes, Barack Obama se reunió también con congresistas democrátas para conseguir que respalden la intervención, aunque el apoyo más fructífero hasta la fecha ha sido el de John McCain. El senador republicano ha sido uno de los mayores críticos de la "inacción" de la Casa Blanca en el conflicto civil sirio y finalmente, se ha "unido a la causa" de Obama, quien, consciente de la influencia del republicano entre los congresistas de su partido, se reunió con él para que apoyara su postura.
A ella acudió también el senador republicano Lindsey Graham, en la que coincidieron en la necesidad de la intervención militar, sin tropas sobre el terreno."Estamos trabajando en una resolución que la mayoría de ambos partidos en el Congreso estén dispuestos a aprobar", indicó McCain, quien recordó que un rechazo en el Congreso sería un fuerte varapalo para la credibilidad de Estados Unidos.
En una reunión de algo más de una hora, el presidente Obama, acompañado de su asesora de Seguridad Nacional, Susan Rice, dijo a los senadores que la inacción contra Siria envalentonaría a Al Asad y sus aliados de la milicia chiíta Hizbulá e Irán, y pondría en grave riesgo a Oriente Próximo.
El escollo: el objetivo del ataque
Sin embargo los senadores quieren ir más allá, y le han pedido a Obama que ese ataque no sea tan "limitado" y forme parte de una estrategia que acabe con el gobierno de Al Asad y ponga a la oposición de la Coalición Nacional Siria (CNFROS) camino de la victoria.
"Un ataque limitado tendría sus efectos beneficiosos para cambiar la marcha en el campo de batalla (que ahora beneficia a las fuerzas leales a Al Asad), ya que nunca habrá un acuerdo político en Siria mientras Asad esté ganando", indicó Graham, quien añadió que Obama trabaja en un plan para aumentar el apoyo a la oposición.
"Necesitamos articular un compromiso que reduzca las capacidades de Asad y aumente las capacidades (militares) del Ejército Libre Sirio (representante ante Washington de las fuerzas armadas opositoras)", afirmó McCain.
Kerry, a por los demócratas
Kerry, que estuvo acompañado por el secretario de Defensa, Chuck Hagel, por Susan Rice y el Director Nacional de Inteligencia, James Clapper, subrayó que la intervención militar cuenta con el apoyo de Francia, Turquía, Arabia Saudí, Kuwait o los Emiratos Árabes Unidos.
Además, Kerry aseguró que existe la posibilidad de que el gobierno británico, que la semana pasada descartó participar en una operación militar por el rechazo del Parlamento, podría "revisar" su postura, informó el semanario Politico.
Pese a todo, varios congresistas demócratas exigieron más información que respalde un paso tan incierto y arriesgado como una intervención militar en un conflicto civil que lleva más de dos años, con una fragmentada oposición y el temor de que pese a la intención de evitar una larga participación estadounidense se les vaya de las manos y acabe extendiéndose por la región.
Mañana, la administración Obama seguirá con sus esfuerzos para obtener el respaldo del Legislativo con una sesión extraordinaria del Comité de Relaciones Exteriores del Senado que contará con la presencia de Kerry, Hagel y en el que también podría participar el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Martin Dempsey