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Obama ya no ilusiona como antes

"Esperanza y cambio" fue el eslogan que llevó a Obama a la Casa Blanca. Pero cuatro años en el Gobierno no pasan en balde.

Barack Obama dio punto final con su discurso a la convención demócrata de Charlotte. Un discurso que no competía con el de Mitt Romney, o con los de su mujer o Bill Clinton. Competía contra sí mismo, contra el discurso de 2004 que le dio fama nacional y el de 2008 que le acabó catapultando a la presidencia. Así que, consciente de que ambas actuaciones eran difíciles de igualar, Obama "ni siquiera lo intentó", según la cadena CNN.

Los analistas políticos han diseccionado un discurso que fue "suficiente" pero que nada tuvo que ver con el pronunciado en 2008, cuando su retórica fue "más poderosa, más fresca e impresionante", indicó a Efe el profesor de la Universidad de Iowa, Steffen Schmidt. Su auditorio lo recibió con "gran entusiasmo", pero el experto consideró que después de los "apasionados" y "efectivos" discursos del vicepresidente, Joe Biden; del senador John Kerry y la exgobernadora de Michigan Jennifer Grandholm, el de Obama fue un poco de circunstancias.

El diario político The Hill cree que fue "fuerte, animado y sin errores", aunque no estuvo dentro de sus momentos retóricos "más lucidos". Obama "giró de forma explícita desde su apelación de 2008 al cambio y la esperanza para hablar de decisiones y caminos difíciles", sostiene The New York Times en un editorial. Pese a ello, el discurso marcó un récord en Twitter: fue el que acaparó más mensajes por minuto de cualquier evento político en la historia de esa red social, con 52.756, informó la propia compañía.

Empleo y economía, claves de la campaña

Para el congresista republicano Mario Díaz-Balart el problema no fue el discurso, sino "que no tiene ni idea de cómo crear empleos, de cómo funciona la economía", dijo este viernes en una entrevista en CNN. Algunos analistas aseguran que el problema del discurso estuvo en que ofreció más de lo mismo en un momento en que muchos estadounidenses creen que la causa de los problemas económicos son precisamente las políticas de la Casa Blanca.

El presidente Obama empieza una nueva etapa en la que además del respaldo de su partido se encontró este viernes con un leve descenso de la tasa de desempleo que bajó dos décimas en agosto, al 8,1 por ciento, con la creación de 96.000 empleos netos, algo menos de lo que esperaban los analistas. De hecho, la principal causa del descenso en el porcentaje es debido a que unas 368.000 personas han dejado de buscar empleo, por lo que han dejado de contar como población activa.

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